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Las multinacionales se alejan del Tercer Mundo

La ola de desencanto que se extiende en los consejos de administración de las multinacionales sobre sus inversiones en el Tercer Mundo está provocando un corte en la afluencia de capitales privados. Esta tendencia es el reflejo de los peligros políticos y financieros de los países en vías de desarrollo, el empobrecimiento de las condiciones de los negocios en todo el mundo y de la penuria de dinero.Incluso en el Oriente Próximo, los intereses se han extinguido. Lo que hace varios años se esperaba que fuera un boom inversor de proporciones fabulosas, se está convirtiendo ahora en una pesadilla para la mayoría de las multinacionales. El programa de desarrollo industrial está siendo frenado por problemas logísticos y de mano de obra.

«Nosotros esperábamos una mayor demanda», dice Michel Carre, presidente de Egon Zehnder International, una compañía que recluta ejecutivos y organiza fusiones y planes entre las diversas firmas. La compañía abrió una oficina en Beirut, pero tuvo que trasladarse a El Cairo cuando la guerra civil estalló en Líbano. Pero ahora ha tenido que cerrar su despacho en la capital egipcia y dejar de atender los servicios de los clientes europeos en el Oriente Próximo, «porque nos damos cuenta que los proyectos tardan mucho en completarse»

Otras fuentes informan que algunas compañías trasnacionales -que corrieron a instalarse en los países árabes cuando los precios del petróleo se cuadruplicaron, hace ahora tres años- han sufrido pérdidas sustanciales porque no han podido disponer de servicios a tiempo, encontrar personal cualificado o simplemente hacer una llamada telefónica. Las compañías multinacionales han sido también perjudicadas por otros motivos en la mayoría de los países del Tercer Mundo. He aquí el libro de quejas presentado por un ejecutivo de una importante corporación europea:

«En Indonesia, nos dieron un contrato y tres años más tarde cambiaron las reglas del juego. En Brasil, tenemos la mayoría de las acciones en una compañía, pero porque tenemos esta participación intervenida, no podemos repatriar nuestros royalties. En la India las dificultades aumentan por los controles administrativos. En México, donde estamos establecidos desde hace muchos años, la devaluación nos ha perjudicado mucho, pero mucho más la negativa a pagar en el futuro la transferencia de tecnología. El Gobierno mexicano dice que sus materias primas pertenecen a México, mientras que nuestra tecnología pertenece al género humano.»

La compañía de petróleo más grande de Francia, Compagnie Francaise des Petroles, está tan escarmentada de su experiencia en Indonesia que ha decidido ahora concentrar sus nuevas investigaciones e inversiones totalmente fuera del Tercer Mundo.

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