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Reportaje:

Objetivo, ahorrar energía

A partir del 25 de octubre en un intento de contribuir a encarrilar la economía del país, comenzará a aplicarse una serie de normas encaminadas a lograr un ahorro de energía eléctrica. La intención del Gobierno es que estas medidas se cumplan con todo rigor; para ello ha dispuesto una serie de sanciones que se aplicarán a todo el que no respete las normas. Los más afectados con las nuevas medidas serán, sin duda, los establecimientos comerciales.

El próximo día 25 entra en vigor el real decreto en el que se dictan las normas encaminadas a conseguir ahorro en el consumo de energía eléctrica. Según este decreto, los locales comerciales, después de la hora establecida para su cierre, tendrán que apagar las luces de sus escaparates así como los letreros luminosos e iluminación exterior. Sólo podrá permanecer encendido el alumbrado destinado a la seguridad y vigilancia del local.Para los letreros y anuncios luminosos no pertenecientes a locales comerciales, el decreto concreta que las 9 de la noche será el límite de su funcionamiento. Durante los días festivos y sus vísperas la iluminación se mantendrá hasta las 11 de la noche; esto último afectará también a edificios particulares.

Los infractores de cualquiera de estas normas serán sancionados con una multa de 5.000 pesetas, la segunda vez con 50.000 y la tercera con 100.000 pesetas. En caso de reincidencia, a partir de la tercera infracción se podrá ordenar la prohibición de encendido mencionado en lo referente a locales comerciales e incluso cerrar el local durante tres meses, pero nunca más de seis meses.

Estas multas serán establecidas por los gobernadores civiles de cada provincia y por los delegados de Gobierno de Ceuta y Melilla. El decreto estará en vigor hasta el 1 de diciembre de 1977.

Recientemente, Eduardo Yagüe, ingeniero de estudios energéticos, declaró a EL PAIS: «Existen calles en Madrid, muchas, que no ya en los momentos de gran afluencia de público y tráfico donde sería casi hasta justificable, sino a altas horas de la madrugada, cuando se pueden contar con los dedos de una mano las personas y los vehículos que circulan, se mantienen unos niveles de iluminación desmesurados. 80 lux, medidos con luxómetro. Hay edificios y monumentos con una iluminación excesiva, sobre todo a esas horas; escaparates que muestran sus existencias, ¿a quien? Túneles y pasos subterráneos donde después de tener únicamente en servicio el 50 por 100 de las luminarias instaladas se alcanzan 230 lux a nivel del suelo en plena noche.»

Ayuntamiento

De cara a conseguir un ahorro energético, el Ayuntamiento de Madrid ha propuesto una serie de normas en las que se parte de que el consumo anual de electricidad en Madrid, en iluminaciones ornamentales municipales es de 603.437 kilowatios/hora, lo que representa el 0,6 por 100 de la energía consumida en alumbrado público y supone por madrileño, 0,2 kilowatios hora al año.La iluminación de los monumentos se podría apagar a las 0 horas, a excepción del Museo del Prado, por razones de seguridad y la Puerta de Alcalá por la representatividad que tiene este monumento. En la calle de Bailén, el nivel real es del orden de los 12 lux según la medición realizada con luxómetro registrador el día de la inauguración del alumbrado. Ello se explica porque han sido más tenidas en cuenta las consideraciones urbanísticas y estéticas de la calle que las necesidades visuales del conductor de vehículos, ya que el nivel mencionado es, a juicio del Ayuntamiento de Madrid, escaso.

En cuanto al alumbrado de los túneles madrileños, el Ayuntamiento asegura que es erróneo que por la noche se apague el 50 por 100 de las luminarias de los mismos, ya que la reducción del alumbrado depende actualmente de que el día esté claro, nublado o sea de noche; por ejemplo, en el túnel de la plaza de la República Argentina se apagan diariamente más del 91 por 100 de las luces; este porcentaje se registra, aproximadamente, en el resto de los túneles.

En cuanto a la iluminación de las calles madrileñas, considerada por muchos excesiva, el Ayuntamiento aclara en su nota que sólo existen algunas vías singulares, como es la plaza de Colón o la calle de Alberto Aguilera que, por sus características singulares, alcanzan niveles de iluminación superiores. Sólo la plaza del Callao, cuya iluminación se inauguró en 1962, llega a niveles excesivos, pero el alumbrado se reduce a los 7 lux a partir de las dos de la madrugada.

Criterios

En el criterio de ahorro de energía del Ayuntamiento de Madrid puede tomarse como ejemplo la actual instalación del Parque de las Avenidas, que consume igual que el anterior alumbrado y proporciona un nivel luminoso que es el 250 por 100 del anterior.Sobre la posibilidad de efectuar el alumbrado reducido, el Ayuntamiento de Madrid considera que es inaplicable porque con la reducción se propiciaría gran cantidad de accidentes automovilísticos, además de que se pondría en peligro la seguridad ciudadana.

Finalmente, el Ayuntamiento se muestra de acuerdo con las recomendaciones de "la Comisión Internacional del Alumbrado, donde se dice que «los fines del alumbrado exigen mantener en servicio una instalación durante toda la noche. El alumbrado reducido sólo puede realizarse en aquellos casos en los que existe una instalación realizada especialmente para ello.»

En el decreto que se empezará a aplicar a partir del próximo 25 de octubre no se habla de la iluminación de monumentos y calles, por lo que los criterios que se apliquen serán los del Ayuntamiento.

Acerca de otras posibles soluciones para ahorrar energía eléctrica, el señor Yagüe opina que «existen multitud de posibilidades para ahorrar energía. La más inmediata es restringir el suministro. Esto traería consigo un ahorro directo a la vez que una sensación de incomodidad, de libertad frustrada y, en algunos casos, de merma de la producción industrial. Otros métodos, en principio más racionales, son vigilar nuestras instalaciones, acondicionar nuestros sistemas de producción para que el consumo sea el estrictamente necesario, así como prescindir de lo superfluo que indudablemente existe en nuestros hogares, en nuestras industrias y en nuestras ciudades, ya que es un lujo que posiblemente no nos podamos permitir»

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