Felipe González: "La decisión administrativa, un grave error político

La no autorización del Congreso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), comunicada ayer a los peticionarios por el Gobierno Civil de Madrid -basada en el incumplimiento de determinados requisitos formales-, ha sido contestada por dicho partido en el sentido de que «no acepta, en ningún caso, una legalización en términos coactivos», y asegurando que mantiene su propósito de realizar el Congreso dentro de España, aunque no va a ser posible hacerlo en las fechas inicialmente previstas.El primer secretario del PSOE, Felipe González, convocó anoche una rueda de prensa en la que, tras afirmar que la decisión administrativa constituye un grave error político, expresó su creencia de que existe cierto interés electoral, por parte de determinados sectores, por impedir el despegue de las fuerzas políticas democráticas en caso de que este país vaya hacia unas elecciones limpias.

«Creo que ciertos sectores que están en la legalidad -por encima de hayan pasado por la ventanilla o no- son los que han presionado sobre el Gobierno para que éste ponga dificultades a nuestro Congreso», afirmó. Felipe González.

Interrogado sobre las razones de la Administración para no autorizar, este Congreso, el dirigente socialista, tras remitir a los periodistas al Poder para obtener una más amplia información, dijo que el Gobierno-Civil de Madrid alega unas razones jurídico-formales de imposible cumplimiento. «Lo que nos piden es que acreditemos que ostentamos la representación de una persona jurídica. ¿Cómo se puede acreditar la personalidad de un partido que fue prohibido hace cuarenta años, y respecto al cual no se ha levantado esa prohibición?, se preguntó el señor González. «El partido no está en la legalidad, esto es evidente; pero en la misma situación se encuentran otros partidos que actúan y realizan sus congresos normalmente».

Anunció seguidamente que el PSOE piensa presionar para conseguir la autorización de su Congreso en el interior de España, y manifestó que esperaba la demostración de una amplia solidaridad con su posición. Asimismo manifestó que una actitud rotundamente prohibitiva traería graves consecuencias políticas para el país, y dijo que, en sí misma, «la injerencia del Gobierno en el partido es una torpeza, porque se vuelve contra la credibilidad que intenta demostrar este Gobierno».

Igualmente expresó su opinión de que el PSOE ha venido manteniendo una actitud de gran coherencia desde el último Congreso al que ahora intentan celebrar, sin adoptar posiciones maximalistas, ni aceptar tampoco cualquier método que no lleve a la democracia. «Pero es que la situación se vuelve cada día más confusa. Hoy, aparece como maximalismo la reclamación de la democracia».

Felipe González confirmó que habían existido conversaciones con los responsables del Gobierno en días anteriores. También señaló que «lo grotesco es que, tras cuarenta años de legalidad impuesta, alguien pretenda que entremos en otra legalidad impuesta».

Más información en pág. 11