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Empresarios de la construcción bilbaína amenazan con el "lock-out"

El conflicto de la construcción ha entrado en una etapa extremadamente delicada en las últimas horas. Frente a la postura de los trabajadores, que iniciaron ayer su séptimo día de huelga general, los empresarios amenazan con el lock-out, decisión que el sindicato oficial y el delegado de Trabajo, no aceptan de manera global hasta el momento.

En el conflicto hay en estos momentos tres frentes: el empresarial, el social y el sindical.Los empresarios hicieron, saber públicamente ayer en un escrito -que recoge las decisiones de la asamblea del lunes- que no están dispuestos a elevar los sueldos que afirman han llegado al techo. «Sin que esto suponga el menor síntoma de enfrentamiento, no podemos negociar esta plataforma reivindicativa y subir más el coste de la mano de obra». Alegan los constructores que hace tres meses se firmó un convenio colectivo -muy discutido y laborioso en su negociación- que asegaura al trabajador un salario medio entre las 25.000 y las 30.000 pesetas, con pagas extras, antigüedad, beneficios y horas reales. En la actualidad -afirman- "la situación de las empresas del sector de la construcción es gravísima" situación producida sobre todo por exceso de plantilla, con paro encubierto, equipos costosos infrautilizados; baja en la obra, precios de las viviendas protegidas congeladas; impago de las deudas por parte del Estado; dificultades de descuento y grandes pérdidas reales, son los principales males que tiene en es tos momentos el gremio de la construcción». Finalmente, los empresarios -después de señalar que no consideran demasiado representativa la comisión gestora de la construcción- afirman en su escrito que desean huir de toda postura de enfrentamiento u hostilidad hacia los trabajadores, resistiéndose a las sanciones -a pesar de las frecuentes presiones de la Delegación de Trabajo-. Consideran los empresarios como imposible la aceptación de la plataforma reivindicativa; desean una votación secreta de los trabajadores que aclaren la voluntad o no de huelga de los mismos, y de igual forma anuncian que de proseguir la huelga solicitarían de la autoridad competente el cierre patronal de las empresas.

Se tiene la impresión de que la asamblea de empresarios de la construcción habría solicitado anteayer -aunque no de manera oficial- la situación de lock-out para la totalidad de las empresas asociadas.

La postura de la Delegación de Trabajo

Puestos al habla con la Delegación de Trabajo, se nos aseguró que durante la jornada de ayer no se había recibido ninguna solicitud de lo que oficialmente se conoce como «huelga de empresarios» -en vez del lock-out, que parece no gustar-. El secretario de este organismo afirmó a nuestro periódico que en cualquier caso la aceptación del lock-out -que depende exclusivamente del delegado de Trabajo- no podría hacerse de forma global, sino de forma individual y tras el estudio de cada caso. De acuerdo con el decreto de conflictos, para que se acceda a aceptar esta situación laboral deben producirse en la empresa constructora algunas condiciones tales como: ocupación ilegal, volumen de paro que impida la producción o peligro de violencia entre las personas o instalaciones. Ante la existencia de alguna de estas circunstancias, el delegado pudiera aceptar la situación de lock-out de la empresa.Se ha sabido, no obstante, que pese a la buena voluntad de algún sector de los. empresarios, la solución al problema parece difícil. Frente a los que creen que el lock-out puede arreglar el problema, se levanta, al parecer, la Delegación de Trabajo, que pudiera acceder al deseo de los empresarios que piden el cierre, forzándoles, a cambio, a que despidan a los cabecillas de la huelga, decisión a la que parecen negarse prácticamente todos los empresarios, para «no echar leña al fuego» -según sus propias palabras-. Incluso se sabe que se ha amenazado a los empresarios que, de aceptar las condiciones que piden los trabajadores, podría, por parte oficial, promoverse una plataforma reivindicativa más alta que boicotearía esta negociación.

Por su parte, los trabajadores -que en número de más de 30.000 siguen en huelga- celebraron ayer sus asambleas con normalidad. En las mismas se supo que los que están detenidos e ingresados en prisión durante el fin de semana habrían sido puestos en libertad produciéndose paralelamente otras seis o siete detenciones más de componentes de un piquete.

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