La inflación no se domina sólo frenando los salarios

Posiblemente la nota predominante de la segunda sesión de las jornadas económicas fue la expresada por un asistente, quien señaló en el coloquio final su gratitud a los organizadores por haberle permitido asistir a una especie de «túnel del tiempo».Todo ello venía a cuento después de las dos conferencias desarrolladas en la tarde de ayer a cargo de Charles Levingson, líder del sindicalismo obrero en empresas multinacionales sobre el tema del poder sindical y las empresas multinacionales, y José María Socias, anterior secretario general de la Organización Sindical quien habló sobre las perspectivas sindicales españolas.

La teoría de Levingson, basada en el creciente poderío de las empresas multinacionales, no fue otra que la de señalar el peligro de que los Gobiernos pierdan el control sobre el desarrollo económico que pasara a manos de las multinacionales si los trabajadores no se agrupan en una organización común, cuyos objetivos serán la consecución de una serie de reivindicaciones mediante la solidaridad en las huelgas. La creación de una especie de consejo que tratará de controlar las inversiones para que no provoquen el desempleo, la consecución de una mayor seguridad y sanidad en el trabajo, y la participación de los trabajadores en la toma de decisiones de la empresa, son los principales objetivos del sindicalismo obrero,

José María Socias, dijo que el futuro sindical debe partir de unos supuestos previos inevitables de reconocimiento por parte del Estado de las libertades sindicales básicas de expresión, reunión, asociación y huelga, cuyo ejercicio concretará luego trabajadores y empresarios.

Consideró al pacto social como una tregua simple y no un beneficio en sí, ya que en él se deben dar condicionamientos esenciales como la legitimidad de representación, un orden político democrática por supuesto el ejercicio de los derechos sindicales básicos.

Tras mostrarse partidario de la reforma sindical, que debe ser planteada en el contexto general de la reforma política del país, el señor Socias señaló que volver el protagonismo a los interesados merece absoluta prioridad y el papel del Estado se ha de reducir a proporcionar un marco jurídico de libertades para que sean luego los propios trabajadores y empresarios los que los reciten y desarrollen.

Terminó poniendo de manifiesto que la dependencia política de los sindicatos no debe confundirse con la necesaria función política que han de promover y desarrollar las fuerzas laborales. La incompatibilidad de cargos sindicales y políticos es tal vez el único sistema para asegurar la independencia de los primeros. Con todo, esta será una de las cuestiones de más difícil cumplimiento a tenor de la experiencia europea. .

José Jané Solá trató el tema de los salarios con referencia a los procesos inflacionarios de las economías en desarrollo y en este sentido señaló que la desaceleración de la actividad económica reduce las posibilidades de aplicar una política antiinflacionista tradicional.

Concluyó apuntando que es imposible dominar la inflación tratando de frenar los salarios. José Solá añadió que los aspectos a regular serían los sindicatos, negociación y conflictos colectivos, retribución y condiciones de trabajo, movilidad y formación profesional, Seguridad Social y participación de dirección. En España, sin embargo, la política laboral apenas ha recibido ninguna atención hasta el momento.