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Una comisión de personalidades podría negociar con el poder

La constitución de una comisión de personalidades políticas, capaz de presentarse ante el país y ante el Gobierno como la voz de una oposición dispuesta a negociar seriamente y desde bases realistas, es el camino que diversos sectores apuntan en la actualidad para hallar la manera de que el Poder y la oposición puedan encontrarse algún día en torno a una misma mesa. Es una vieja idea, que procura abrirse camino en vista del deterioro de la situación.

Por ahora, lo único que está claro es la conveniencia de llegar a esa fórmula. No tienen suficiente fundamento, sin embargo, los rumores de que ya esté organizada una coalición de personalidades y grupos de oposición para negociar con el Gobierno: poner los medios para que eso sea verdad, es la preocupación actual de los promotores de la idea. Se trata, en suma, de nombrar una delegación de la oposición moderada y la oposición coordinada.El eje de la iniciativa parece estar constituido por los dirigentes de los cuatro partidos de Coordinación Democrática a los que viene denominándose grandes: Izquierda Democrática, Partido Socialista Popular, Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista de España. A ellos cabe sumar, en primer plano, las figuras de José María de Areilza, José María Gil Robles y alguna otra personalidad. «Sería el camino deseable», nos han comentado fuentes cercanas a varios de ellos.

Las interpretaciones sobre esta iniciativa son diversas, según el enfoque de cada sector: para unos se trata de salvar los problemas que aquejan a Coordinación; para otros consiste en aglutinar a toda la oposición -o la inmensa mayoría de ella- y hacerse representar por una comisión de personalidades. ¿Cuál debe ser la composición de ésta, y qué cuestiones debe tomar como básicas e indispensables para la posible negociación? Esto es lo que falta por decidir, y no se trata precisamente de una cuestión baladí.

La oposición tiene todavía algún tiempo para pensar lo que debe hacer, aunque no mucho. En las próximas semanas, el primer plano del interés político estará acaparado probablemente por el intento Gubernamental de que las Cortes aprueben su proyecto de reforma. Es el plazo de que disponen las demás tendencias para intentar ponerse de acuerdo sobre lo que van a hacer. Todo ello suponiendo que en el camino no surja más violencia, que empeore las cosas todavía más de lo que están, desde el punto de vista de un cambio pacífico.

En cuanto a los temas que la comisión de personalidades presentaría al Poder, es posible hacerse una idea sobre su naturaleza: libertades políticas, libertad sindical, ley electoral. Y falta por ver cómo se aborda el problema de las nacionalidades y regiones, piedra de toque de los principales debates.

Cabe mencionar, finalmente, la importancia que se otorga en los medios políticos al documento que piensa elaborar el Equipo Demócrata-Cristiano del Estado español en torno a las elecciones, y que será sometido a todas las fuerzas democráticas de la oposición. «No sé si el Gobierno adoptará alguna postura al respecto -ha dicho a Logos el señor Gil Robles y Quiñones, pero desde luego si quiere negociar no le queda más que esa baza y muy poca cosa más».

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