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El metal de Sabadell, un mes en huelga

En un clima de tensión creciente se cumple hoy un mes del inicio del paro que protagonizan unos 16.000 obreros del sector del metal en Sabadell y comarca. El conflicto, en efecto, se inició el pasado día 9 de septiembre, en que se llevaron a cabo cuatro horas de paro en apoyo de una plataforma reivindicativa de 33 puntos.Estos puntos han sido rebajados por los propios trabajadores a tan sólo cuatro: ausencia de despidos y de sanciones, 4.500 pesetas de salario mínimo semanal para el peón que trabaje a prima y 5.060 para el que trabaje a jornal, cuarenta y dos horas semanales y una nueva paga extra a sueldo real, más otra a sueldo de convenio, más el 10 por 100.

Tanto anteayer como ayer mismo, la situación fue tensa. Se produjeron numerosas cargas de la fuerza pública, así como detenciones. Fuentes laborales informaron a EL PAIS de la detención de Dionisio Jiménez, responsable de información laboral de Mundo Diario.

Anteayer abrieron sus puertas las 317 empresas del metal que habían llevado a cabo en los últimos días un loock-out que afectaba a 12.000 trabajadores. Este cierre de empresas ha terminado tan sólo en teoría, ya que los obreros no se reincorporaron al trabajo, excepto en algunos pequeños talleres, y las puertas de las fábricas volvieron a cerrarse.

En el orden político es de señalar la postura poco flexible de los empresarios del sector, muy críticamente comentada en varios medios de comunicación de Barcelona. Los empresarios se refieren constantemente al laudo arbitral vigente y añaden que la situación de sus empresas no les permite ir más lejos.

En el terreno obrero aparecen dos líneas claramente diferenciadas. La más moderada está encarnada por los dirigentes obreros del Partido Socialista Unificado de Cataluña. Así, EL PAIS ha podido leer la copia de una carta que el comité local de este partido remitió a los empresarios sabadellenses, instándoles a negociar.

Esta postura, sin embargo, parece haber perdido fuerza entre los trabajadores afectados por el conflicto, tal y como se ha podido comprobar en numerosas asambleas en que líderes comunistas fueron atacados desde posiciones más izquierdistas y puestos en minoría.

Se acusaba a los dirigentes obreros comunistas de estar dispuestos a volver al trabajo con la condición de que solamente no se produjeran sanciones ni despidos, mientras que otras posturas políticas se inclinaban por mantener íntegros los cuatro puntos reivindicativos ya citados.

A últimas horas de la tarde de ayer estaba prevista la celebración de una gran asamblea en el campo de fútbol de Sabadell, mientras que la asamblea de representantes obreros se llevaba a cabo por vez primera desde que empezó el conflicto en un lugar indeterminado, ya que había sido prohibida su celebración en la Delegación Comarcal de Sindicatos.

La severa actitud de la fuerza pública en el día anterior, utilizando abundantemente balas de goma, hacía prever ayer que se produjeran nuevos hechos de parecido carácter.

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