Francia, perturbada por la huelga contra el plan Barre

Francia vivió ayer, en perfecto orden, una jornada nacional de huelgas y manifestaciones organizadas por los principales sindicatos del país para protestar contra el plan «antiinflacionista» anunciado recientemente por el primer ministro Raymond Barre. George Seguy, máximo dirigente de la Confederación General del Trabajo (CGT) declaró anoche que la huelga constituyó «un acontecimiento social de éxito y alcance sin precedente, el más importante, por lo menos -explicó- desde 1968».Por su parte, la, Confederación Nacional del Empresariado Francés (CNPF) indicó que había sido «un fracaso relativo», al que, sin embargo, reconoció «cierta importancia», aunque «no excepcional».

Junto con la CGT, de tendencia comunista, propiciaron el paro la CFDT (izquierda no comunista) y la Federación de la Educación Nacional (FEN), en la que se integran la mayoría de los maestros y profesores franceses, entre los que se registró el mayor índice de paro (85-90 por 100).

Las regiones más afectadas por la «jornada de protesta» fueron la de Marsella, la de Bretaña y la de París. En general, los observadores independientes señalaron que la huelga había perturbado, pero no paralizado el país. El metro de París, los trenes, los aeropuertos, las escuelas y las oficinas de correos vieron reducida su actividad en un 75 por 100.

Cifras contradictorias

Se llevaron a cabo alrededor de 230 manifestaciones en toda la nación. La más importante fue, naturalmente, la que se llevó a cabo en París, que se prolongó durante siete horas. Las cifras de manifestantes ofrecidas por la policía y los sindicatos son totalmente contradictorias. Las autoridades afirman que de la concentración participaron 70.000 personas; en cambio, los gremios aseguran que hubo más de 500.000.

Las columnas de manifestantes comenzaron a formarse a las diez de la mañana, en la plaza de la Nación y marcharon durante horas hacia la plaza de la República. No se registraron incidentes ni hubo detenidos. De la concentración no participaron los dirigentes de los partidos políticos de izquierda, excepto Georges Marchais, secretario general del Partido Comunista.