Italia, empeñada esclarecer el escandalo en Lockheed
Ayer por la mañana el norteamericano Ernest Félix Hauser, ex funcionario de la Lockheed y ex agente de la CIA, acudió puntualmente a declarar sobre el escándalo Lockheed ante el comité parlamentario inquisidor, o tribunal de los ministros.
Prácticamente se había hecho convocar concediendo días pasados una entrevista al corresponsal del diario romano Paese Sera, en París. La comisión decidió escucharle, a pesar de que los documentos por él difundidos en el semanario radical Expresso acusando a Andreotti se hayan demostrado falsos. Con la intención de «desembuchar», o cantar claro, se presentó en el palacio del Senado italiano, esquivando fotógrafos y negando declaraciones.Dado que la comisión parlamentaria no hace por ahora más que instruir el sumario de un proceso que, si no surgen contratiempos, celebrará hacia mediados de noviembre la asamblea , el secreto sobre pruebas y testimonios es absoluto.
La comisión, presidida ahora por el senador democristiano Mino Martinazzoli, un abogado de Brescia de ideas antifascistas, se está ocupando de dos casos a la vez. Los ex ministros de la Defensa, el socialdemócrata Mario Tanassi, y el democristiano Luigi Gui, son acusados de soborno en la compra de los aviones Hércules C130.
Acaban de declarar ante la comisión cuatro generales, altos funcionarios del Ministerio de la Aviación, quienes unánimemente han confirmado que tanto Tanassi como Gui estaban al corriente de las negociaciones y que durante ella! el precio de los aparatos varió sin justificación alguna, hasta ser pagados 14 millones de dólares más de lo previsto, millón por aparato.
En cuanto a Hauser, los documentos. publicados el 9 de mayo pasado acusaban al actual primer ministro, Giulio Andreotti, de haber sido sobornado en la compra de aviones F-104 y Orión P-3. Andreotti escribió inmediatamente una carta a la comisión solicitando una investigación. Los documentos vendidos por Hauser a una periodista socialista y al corresponsal de La Stampa se han demostrado falsos por confundir fechas y estar escritos materialmente fuera de la empresa americana Lockheed.
También sobre el ex ministro Mariano Rumor recaen sospechas y, aunque algún miembro de la comisión amigo del partido haya hablaído de prescripción posible, se demuestra simplemente con ello un deseo de echar tierra a la investigación que, aunque lentamente, continúa implacable.
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