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Tribuna:Visita a las Fuerzas Armadas europeas: Austria / y 2
Tribuna
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La milicia, modelo de Ejército para una democracia neutral

La creación de las fuerzas armadas austriacas es un proceso abierto. El moderno ejército de Austria fue fundado en 1955, sobre la base del servicio militar obligatorio, pero no alcanzará el pleno desarrollo hasta el final de los ochenta, cuando el modelo de fuerzas armadas organizadas en milicias ciudadanas haya desplegado todo su potencial, al incorporar a todos y cada uno de los hombres sujetos al servicio militar. Para entonces, Austria contará con unas reservas movilizables de unos ochocientos mil hombres.Las experiencias por las que ha pasado el ejército austriaco me las describe uno de sus actuales autores, el general Wilhelm Kuritner, director de la Escuela de Estudios Superiores Militares, de Viena. «Cuando se comprendió que las potencias ocupantes iban a abandonar Austria, en 1955, fue necesario precipitarse a la creación de un ejército. Por el tratado de paz, Austria se declaró neutral. Y neutralidad significa ser responsable de la propia defensa. No podemos tener aliados, por tanto, el ejército, de acuerdo con el derecho internacional, es una necesidad».

«Debido a la experiencia negativa de la primera República, los dos partidos principales del Parlamento decidieron que tendríamos un ejército de conscripción. El jefe de las fuerzas armadas es el presidente, el jefe efectivo es el ministro de Defensa».

El problema más urgente fue el de los cuadros de oficiales. En la Wehrmacht habían servido 30.000 oficiales austriacos. El tratado de paz estableció que el nuevo ejército no admitiría a oficiales que hubiesen tenido un grado superior al de teniente coronel de la Wehrmaclit. Fueron eliminados además los miembros del Partido Nacionalsocialista. En el nuevo ejército quisieron entrar 3.000 oficiales, fueron seleccionados sólo 1.000. La ley de Defensa estableció el servicio militar en nueve meses.

El ejército austriaco empezó siendo una pobre cosa. Hubo que detraer pequeños presupuestos de otras partidas. Se contaba inicialmente con el material dejado por los ocupantes, sobre todo por los americanos, pero ese material estaba diseñado para las necesidades de un gran ejército. Lo más urgente, pues, fue el deshacerse de ese material y buscar otro a medida de las necesidades propias. Esta labor se cumplió en siete años. Hacia 1970 se abordó el otro gran salto adelante, la conversión en un ejército de milicias, para la maximación del esfuerzo defensivo. En 1971 se estableció un servicio militar de seis meses, seguido de seis ciclos de diez días de entrenamiento de las reservas, durante un período de 12 años. El esqueleto de este ejército son los 15.000 voluntarios y profesionales; su fuerza básica está constituida por una división semiprofesional.

Los principios democráticos están plenamente incorporados a la estructura del ejército. El primero de ellos es el tic dependencia respecto del Parlamento y obdiencia al poder civil, las misiones del ejército son las de defender el territorio nacional, asistir a las fuerzas de orden público bajo la autoridad del Gobierno. y asistir a la población en caso de catástrofe. Las fuerzas armadas no escapan a la jurisdicción civil: no existen, pues, ni tribunales militares ni un cuerpo de jurídicos militares.

Un ejército como este, formado por ciudadanos. encuentra una de las claves de su aceptabilidad en la frecuente comunicación con los elementos civiles. Así me lo explica el general Kuritner: «Aquí, en la escuela, tenemos una especie de mini-parlamento. Organizamos seminarios y conferencias, a las que asisten civiles de todas clases. Hasta ahora han pasado por nuestros seminarios. que duran una semana, unos siete mil civiles. El propósito primario es comunicar información, aunque se discute intensamente. Otro tipo de seminarios formados por expertos, aborda problemas y aporta soluciones. Nuestra reacción a una posible crisis del petróleo había sido preparada, afortunadamente siete años antes. En los seminarios escuchamos muchísimas críticas. Pero en una democracia no puede haber tabúes. todo puede ser criticado y por supuesto también el ejército».

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