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Entrevista:

"Si Franco viviera continuaría con su política de un Sahara independiente"

Bouabid. — Nosotros ayudaremos al pueblo español en su reclamación de Gibraltar sin que haya un referéndum previo; naturalmente que lo de Ceuta y Melilla es una vieja cuestión colonial a negociar, donde tampoco cabría un referéndum.

EL PAIS. —Hay una acusación sobre la oposición marroquí que se mantiene lentamente: la colaboración con el rey Hassan II en el problema del Sahara. ¿No cree usted que eso es precisamente lo que está aislando a la izquierda en su país respecto a Europa y África? Bouabid. — Creo, en primer lugar, que hay una falta de información sobre el tema, observo que se están empleando esquemas muy simplistas para explicar el problema de la descolonización del Sahara. No olvide usted que la opinión pública española se mantuvo ignorante de la cuestión colonial durante largo tiempo, y hasta hace pocos meses era considerado como «materia reservada». Antes de responder definitivamente a su pregunta quiero explicar que ni Marruecos es el país reaccionario que se presenta a la opinión pública, ni Argelia, desde luego, es un país socialista.

EL PAIS. — ¿Qué es, entonces, Argelia?

Bouabid. — Conviene distinguir entre Argelia como país y el equipo de Bumediam, que tiene aspiraciones hegemónicas sobre la zona, y que cuenta con una oposición silenciosa. Volviendo al tema del Sahara diré que había sido históricamente un problema entre la potencia colonizadora y Marruecos, sin que en ningún momento Argelia, e incluso Mauritania, en esos momentos colonias francesas, hubiesen hecho la menor reclamación...

EL PAIS. —Hasta ahora hemos hablado de las potencias interesadas en la zona bajo un esquema de vecindad, ya sabemos que tras ellas se entrevén los problemas estratégicos de los grandes bloques, sin embargo, parece ignorarse al pueblo saharaui.

Bouabid. — ¿El pueblo saharaui? El pueblo saharaui se empezó a mencionar cuando aparecieron los fosfatos y su explotación industrial, antes a nadie le preocupaba el pueblo saharaui. El Sahara es una zona geográfica muy amplia, una de cuyas partes es el Sahara occidental. La Unión Socialista de Fuerzas Populares Marroquíes tienes sobre este tema una propuesta muy definida, crear una zona de cooperación entre las tres potencias magrebíes.

EL PAÍS.— Bajo su esquema es indudable que no se puede contar con el pueblo saharaui, sin embargo hay una situación real, conflictiva, de guerrilla e incluso un Congreso del Frente Polisario del que usted habrá oído hablar, ¿cómo explicar todo eso?

Bouabid. —En una conversación que tuve ayer tarde con el presidente del Partido Socialista Popular, profesor Tierno Galván, me preguntaba que si yo reconocía la existencia de refugiados. Le respondí que si, que refugiados había, pero que era difícil saber su procedencia; admito que algunos serán «separatistas» del Sahara occidental, otros procederán del Sahel, y muchos del propio Tinduf, la mayoría mujeres y niños, pero el brazo armado del Polisario es, no lo olvidemos, el Ejército argelino.

Abderrahim Bouabid está haciendo un largo periplo europeo que se ha alargado incluso hasta Moscú, de donde acaba de llegar. Podría su presencia parecer la de un embajador volante que pretende reanudar lazos con la social democracia y la izquierda europea. En Madrid se ha entrevistado, además de con el profesor Tierno Galván, con José Maria de Areilza, con altos funcionarios de Asuntos Exteriores, con algunos líderes de la oposición moderada y con miembros de Coordinación Democrática, entre ellos Felipe González.

EL PAÍS. — ¿Cree que la asistencia de los grupos de la oposición democrática española al Congreso del Frente Polisario, y sus declaraciones de ayuda al pueblo saharaui, no presentan un fuerte obstáculo para las conversaciones con su partido?

Bouabid. — El socialismo español tiene dos opciones, o la social democracia europea o el socialismo mediterráneo; hasta que consigamos que todos los países que asomamos a sus riberas podamos disponer, libre de las grandes potencias, de nuestro mar. En este sentido el socialismo español que busca, como nuestro partido, la democracia tiene que encontrarse con nosotros. Nuestros dos países son la llave del mediterráneo y la de África y Europa.

EL PAIS. — Pese a todo, pudiera no quedar claro la posición del socialismo y, en general, de la izquierda marroquí para los grupos democráticos españoles. ¿Estaría su partido dispuesto a sostener en un debate público sobre el problema del Sahara con representantes argelinos, mauritanos y del Frente Polisario?

Bouabid. — Desde luego, aunque también vendrían saharauis del Aaiún a dar su opinión. Además quiero invitar, en nombre de mi partido, a los periodistas españoles para que visiten el Sahara.

EL PAÍS. — ¿Cree usted que el Gobierno marroquí consentiría que la prensa española deambula se libremente por el Sahara?

Bouabid. —Yo hablo en nombre de mi partido, naturalmente la última palabra la tiene el Gobierno.

EL PAIS. — ¿Existieron cláusulas secretas en el acuerdo de Madrid?

Bouabid. —Lo desconozco, pero de existir deberían ser denunciadas.

EL PAIS. — Se ha extendido una teoría de que para cambiar el ánimo español, en diciembre de 1975, desde Rabat se hicieron ciertas concesiones y primas a determinadas personas españolas para que influyesen en la política a seguir respecto al Sahara, evolucionando de una postura proargelina a una promarroquí: en una palabra, se habla de los sobornos del affaire Sahara y su repercusión en los acuerdos pesqueros hispano-marroquíes, quedando en poder de determinados elementos del Gobierno marroquí un dossier que sería utilizado como arma de convicción.

Bouabid. — Los affaires existen en todos los gobiernos, incluso en los democráticos y en los socialistas. No creo que ese teórico dossier exista, pero sí quiero apuntar que lo que dio un giro inesperado a la política española sobre el Sahara fue la imprevisible enfermedad del general Franco, ya que de seguir vivo continuaría con su teoría de un Sahara independiente protegido por España.

EL PAIS. — No desconocerá usted los rumores y cábalas sobre la posible enfermedad del rey Hassan II, del viaje del príncipe heredero a Granada e incluso la posibilidad de que esté hospitalizado en España.

Bouabid. — He estado fuera y desconozco esos rumores. Quiero aclarar que vengo a España para contactar con la oposición democrática, abierto a todas las sugerencias y dispuesto a dar toda clase de explicaciones.

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