_
_
_
_
Reacciones en Europa al proyecto de ley

"La reforma Suárez, parecida a la de Berenguer de 1930"

«Lo primero que queda claro, después del discurso de Suárez y de la publicación de la reforma, es que esta última no ha sido el resultado de una negociación con la oposición, sino un decreto unilateral del Gobierno, quien, por añadidura, en su declaración programática, confesó carecer de legitimidad», declaró anoche en París, el secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo.

Sobre la misma cuestión añadió: «Ahora parece claro que las conversaciones de Suárez con algunas personalidades de la oposición eran, sobre todo, una maniobra política para dar a la opinión pública la impresión de que las cosas se llevaban a cabo democráticamente».Interrogado Carrillo sobre la eventual diferencia entre la reforma Arias y la del Gobierno Suárez, declaró: «El segundo supo vestirla con un ropaje más atractivo. Pero en el fondo, a través de ese proyecto de reforma, ya se le dan al país unas estructuras políticas que sólo tendría autoridad para decidirlas una asamblea constituyente. Es decir, muy hábilmente, nos encontramos ya ante una constitución otorgada, lo que está muy lejos de devolver la decisión al pueblo, como dijo Suárez en su alocución».

El líder comunista aludió también a las eventualidades a las que pudiese dar lugar la puesta en práctica de la Reforma-Suárez: «Nos encontramos, opino, ante una tentativa parecida a la de Berenguer en 1930: la de convocar elecciones generales en las que, como don Dámaso Berenguer confesó en sus memorias, la coalición republicana-socialista sólo va a recibir ocho escaños, ahora se trata de intentar lo mismo. Aquella maniobra del año 30 condujo a la Segunda República. Mi opinión es que, si no se negocia todo entre la oposición y el Gobierno, el riesgo es muy grande para la Monarquía».

El señor Carrillo, el domingo último, fue el protagonista del stand del PCE, en la fiesta anual del diario comunista francés, L'Humanité. Durante muchos lustros, esta fiesta, a la que asisten, de media, un millón de parisienses, los churros, las sardinas asadas y la paella del stand español fueron pretexto para el concilio del sueño mayor de los exilados: este año, se exclamaba, es el último.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_