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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El alarde del gobernador

EL ALARDE de San Marcial ha arrojado el saldo de un muerto y varios heridos al chocar la fuerza pública con unos ciudadanos que se manifestaban. No es ahora el caso de justificar una carga por algo, como una manifestación, que empieza ya hasta a dejar de ser noticia periodística.El tema de la ikurriña, una bandera por la que ya ha muerto demasiada gente al arbolarla o retirarla, se está tratando por parte de la Administración con una falta de criterio político sangrante. La ikurriña podría estar ondeando en todos los balcones de los ayuntamientos vascos, en los campos de fútbol vascos, en las sociedades gastronómicas del país vasco, allá donde los vascos quisieran patentizar su diferencialidad o el orgullo por su tierra y sus costumbres, y sin necesidad de que eso significara separatismo alguno ni nada por el estilo.

Es ridículo que la bandera vasca sea perseguida de esta forma, mientras que las de otros pueblos españoles ondean junto a la nacional, sin problemas.

Por poner un ejemplo histórico, a todas luces revelador de la torpeza de nuestros gobernantes, la Armada española tenía obligación por real decreto de arbolar la bandera catalana en la popa de sus buques cuando arribaran a un puerto comprendido entre Cádiz y el golfo de Rosas. En efecto, dicha bandera, adoptada antaño por el Reino de Aragón, era de obligación para la Armada en sus arribadas a los puertos españoles del Mediterráneo.

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Un erudito del Museo Marítimo llevó el real decreto, vigente, a manos de un ministro de Marina de Franco que no tuvo más remedio, tras altísimas consultas y cabildeos, que ordenar a la flota que izara la enseña de las barras cumpliendo la ordenanza.

¿Qué se argumenta contra la ikurriña? Principalmente, que es bandera sin tradición e inventada. Todas las banderas se inventaron alguna vez. También ahora algunos periódicos de San Sebastián se quieren inventar por concurso público una bandera para Guipúzcoa, so pretexto de que la ikurriña es bilbaína.

¿Hasta cuándo habrá que repetir que es una barbaridad y una estupidez seguir persiguiendo de esta forma una bandera como la ikurriña, por la que los vascos han demostrado afecto e identificación?

Presumiblemente, hasta que se exijan responsabilidades políticas por los hechos que han originado ya quince muertos en enfrentamientos con la fuerza pública de febrero acá. El pasado 20 de agosto ya argumentábamos sobre la violencia innecesaria que se desata sobre un pueblo que, cuando se manifiesta sin interferencias o prohibiciones, lo hace en paz y orden. La fuerza Pública está subordinada al poder político y éste debe dar cuentas de tan lamentable proceder.

Aquí todavía estamos esperando que, al menos, cese un gobernador civil que se entera cenando de que han matado a un ciudadano y tiene a la provincia en ascuas. Seguimos esperando que las encuestas judiciales obren en procedimiento de urgencia y repartan cargas o exculpaciones. Mientras no se informe a la población de los resultados de las investigaciones y no haya una política de concordia civil previa, fiestas como el alarde de San Marcial pueden terminar siempre en el alarde del Gobierno Civil. El pueblo vasco y los españoles todos tenemos derecho a una reparación por tanta muerte inútil, y tanta y tan increíble impericia en la gobernación.

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