_
_
_
_
_

Fuenlabrada: querella criminal contra una constructora

Los vecinos de la urbanización Piquió, en Fuenlabrada, han presentado querella criminal por estafa contra la constructora de sus viviendas, Pimaco. Por su parte, el Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid ha dictado orden de busca y captura contra el propietario de la empresa, Anastasio Carrión, desaparecido desde hace semanas.La urbanización Piquió consta de varias fases, cada una en diferente etapa de construcción, lo que determina que unos vecinos estén en peor situación que otros. La primera fase consta de 100 viviendas, en cinco bloques, terminados y entregados hace un par de años. Algunos de sus propietarios pagaron el piso ya en su totalidad. Otros, tienen pendientes aún dos años en letras mensuales. En ambos casos, la constructora no quiso hacer la escritura, y no saben cómo podrán hacerlo ahora. Los problemas empezaron ya cuando los terrenos destinados, según los planos, a aparcamiento, fueron utilizados para ensanchar una calle municipal, que luego fue ocupada como terminal de los autobuses que ha cen el servicio a Móstoles y Madrid, y declarada como zona prohibida para los particulares.

La segunda fase comenzó sin haber terminado la urbanización de la primera. Un vecino habló con el aparejador de las obras, y éste le informó que estaban esperando a cobrar algunas cantidades a los compradores de la segunda fase, para tener fondos con que terminar la primera. Parece que entonces comenzaban ya los problemas económicos de la constructora. De esta segunda fase hay terminados tres bloques, 84 viviendas, pero a los vecinos no se les entregó la cédula de habitabilidad, por lo que no pueden contratar la energía eléctrica, y se abastecen de luz de obras. Hay también otros dos bloques a medio terminar, sin enseyado interior, ni puertas ni ventanas. Algunos vecinos han decidido poner puertas por su cuenta, para evitar el desmantelamiento del piso. Si no hay otra solución, están dispuestos a terminarlos ellos mismos. Los pisos debían haber sido entregados en abril, y llevan pagadas cantidades que oscilan entre las 200 y las 400.000 pesetas.

La tercera fase consta hasta ahora de un sólo bloque, del que sólo estaban construidos los cimientos, aunque parece ser que los pisos ya tenían comprador.

Los afectados se enteraron de la mala situación de la empresa cuando los obreros que trabajaban en los bloques se declararon en huelga, a fines de julio, por no haber cobrado sus salarios. Días después se dio por desconocido el paradero de Anastasio Carrión, al resultar infructuosos los intentos para localizarle.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_