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Siguen las tensiones en el interior de las fuerzas armadas portuguesas

La ausencia de representantes de la Fuerza Aérea portuguesa en el acto de toma de posesión del general Vasco Lourenço, como gobernador militar de Lisboa, manifiesta de forma clara la existencia de diversas tendencias entre los militares portugueses. A pesar de las intenciones del presidente Eanes y de las sustituciones de algunos altos jefes militares, la estabilidad de las fuerzas armadas no parece cercana todavía.

Según indican fuentes solventes, un numeroso grupo de oficiales no oculta su descontento por la meteórica «carrera» del capitán Vasco Lourenço, que en pocos meses ha pasado a general y al segundo puesto en la jerarquía militar del Ejército. Son los oficiales más moderados y conservadores, particularmente tenientes coroneles y coroneles, los que protestan «porque continúan los ascensos en el Consejo de la Revolución». Estos oficiales pretenden «el regreso de una vez a la jerarquía tradicional: es decir, que los altos cargos sean nombrados entre los oficiales de mayor graduación». En definitiva, lo que exigen estos oficiales del ala conservadora es que el elemento determinante lo constituya la «antigüedad» y que terminen «los ascensos meteóricos».

Malestar de los oficiales de Lisboa

La primera aparición de esta tendencia se registró pocos días antes del golpe del 25 de noviembre, cuando el coronel Jaime Neves declaró, respecto del comando de la región militar de Lisboa, -cargo disputado en ese momento por Otelo y Vasco Lourenço-, que había muchos coroneles que podrían ocupar ese puesto».En este sentido, conviene destacar que tampoco el famoso coronel Neves, jefe de los «comandos», estuvo ahora presente, en el citado acto de toma de posesión de Vasco Lourengo, por encontrarse de «licencia». Una representación de su regimiento asistió sin embargo a la ceremonia.

La actitud del general Morais e Silva, negándose a concurrir al acto, ha sido mal acogida por los oficiales de la región militar de Lisboa, que interpretan el hecho como «un intento de desestabilizar la situación». Algunos oficiales recuerdan que cuando el Consejo de la Revolución tomó esta decisión relativa a Vasco Lourenço, la Fuerza Aérea no presentó objeciones.

La inestabilidad se traduce también en la insistencia de determinados oficiales en «colocar» al brigadier Pires Veloso (comandante del norte y elemento moderado del Ejército), como vice-jefe del Estado Mayor general de las fuerzas armadas. Eanes ha desmentido que Pires Veloso fuera un candidato para este puesto, pero los partidarios de éste parece que insisten.

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Los conservadores quieren representación en el Consejo

Es evidente que el ala conservadora del Ejército quiere colocar algún elemento en el Consejo de la Revolución, pues con la salida de Pires Veloso y Pinho Freire, el Consejo está dominado ahora absolutamente por el «grupo de los nueve», liderado por Melo Antunes.Según un decreto publicado hoy en el diario de la República, los miembros del Consejo de la Revolución, serán vitalicios y sólo perderán sus lugares por muerte, renuncia o incapacidad permanente». El Consejo, cuyos poderes están reseñados en la constitución, deberá «velar por las conquistas revolucionarias ». Con una composición en la que la izquierda moderada o meloantunista es dominante, todo indica que, al menos por ahora, su influencia y capacidad de decisión seguirán siendo determinantes.

Las contradicciones entre el general Morais e Silva (jefe de la Fuerza Aérea) y los consejeros del Ejército, parecen también contradecir al propio primer ministro, que ayer declaró que «Portugal es una verdadera democracia con supremacía para el poder civil». Con las palabras de Mario Soares, parecen no estar de acuerdo algunos militares portugueses que consideran que «todavía no hay condiciones para que los civiles manden».

Detención de terroristas de ultraderecha

El descubrimiento de una maleta con documentos supuestamente pertenecientes a la red terrorista que operaba en el norte del país, ha hecho subir a 14 el número de detenidos por actos delictivos de la ultraderecha.Los reos con mayor responsabilidad son el ex presidente de la cámara de Murca, Joaquím Torres, Gonzalo Goncalves Martins, funcionario del tribunal de trabajo de Oporto, y el mayor Mota Freitas, director de la policía de Oporto.

La maleta descubierta contenía algunos instrumentos para sellos de agua, cheques del Banco Nacional Ultramarino, algunos de ellos en blanco, y una lista de matrículas de coches pertenecientes al «enemigo», entre los cuales se destacan los automóviles de los generales Costa Gomes y Vasco Goncalves, ex presidente de la República y ex primer ministro, respectivamente.

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