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Tension en las prisiones

Los telegramas de agencias y las informaciones directas recogidas por EL PAIS indican que la tensión es grande en los principales centros penitenciarios de España. Hasta anoche, los presos por delitos de convicción política ignoraban el alcance de la amnistía y la fecha de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Los detenidos por delitos comunes, por otra parte, expresan su disgusto por no verse beneficiados de la medida de gracia. Los motines de presos comunes iniciados el sábado en Carabanchel han traído la secuela de internamientos en celdas de castigo y traslados a penales. Las situaciones más tensas se han producido en la prisión madrileña de Carabanchel.

Nos llevan secuestrados. Llamar al periódico. Vamos a Ocaña. Gracias. Este mensaje, escrito con mala ortografía, sobre el papel plateado del envoltorio de un paquete de tabaco, fue arrojado desde el interior de uno de los cuatro autobuses de los que la Guardia Civil emplea para el traslado de presos, que entre las ocho y media y las nueve de la mañana de ayer salieron de la prisión de Carabanchel en dirección desconocida. El número de presos trasladados todavía no ha podido ser determinado, pero se calcula en unos trescientos. Según ha podido saber EL PAIS de testigos que presenciaron el traslado, los cuatro autobuses se encontraban llenos de presos -al parecer de la quinta y se xt a ga lerías-, quienes proferían gritos múltiples y otros ininteligibles de bido a las voces que se mezclaban con los otros ruidos. En uno de es tos autobuses pudieron verse unos brazos qud sangraban abundante mente, hecho este último que, según algunas personas allí pre sentes, significaba que un joven -pre-so - había intentado matarseSobre este extremo, la agencia Cifra comunicaba en un despacho de últimas horas de la tarde de ayer que uno de los abogados que, por la mañana, tuvo acceso al centro penitenciario había declarado que se estaba realizando una lista con los nombres y cifras de las personas implicadas en el conflicto, así como de los reclusos que permanecen en la enfermería, ya que, «al parecer, ha habido algunos intentos de su¡cidio».Más de cien personas, familiares de los presos, entre ellas una chica joven que recogió la nota que arrojaron de uno de los autobuses, se habían concentrado ante la cárcel de Carabanchel con el objeto de iniciar los largos trámites diarios necesarios para visitar a los presos. La escena del traslado, junto a la confusa situación de la identificación de los presos por sus familiares, produjo escenas de histeria.

EL PAIS intentó una información directa con la dirección de la prisión de Carabanchel, con el penal de Ocaña y con la Dirección General deInstituciones Penitenciarias

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