Extraña piscina
Estos niños de la zona norte madrileña, se bañan con asiduidad en una espesa charca que emerge sobre un descampado al que llaman Huerto del Obispo. El agua procede de una rotura crónica de conducciones -tal vez fecales- que se prolonga desde hace varios años sobre el paraje, convertido en colector de todo tipo de basuras y deyecciones. La charca cobija en su fangoso lecho decenas de ratas de rabo alargado y muy pelonas.En estos tiempos de estío, la falta de instalaciones deportivas para niños y jóvenes explica la permanente anuencia de bañistas a estos fangales, tremenda alternativa a unas piscinas que no existen o se encuentran demasiado lejos de las casas o los bolsillos de estos colegiales. A las ratas las tiramos unas pedradas y ya no molestan, han dicho varios niños de la zona, que se divierten mucho en la charca mientras bucean para encontrar alguna piedra.
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