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Reportaje:

El pan puede abaratarse en un 25 por ciento

Hasta con tres puntos contribuyó el alza del precio del pan al aumento experimentado por el índice del costo de la vida en el pasado mes de mayo. Este alza del precio, autorizada por las autoridades competentes en el tema, se encontró con la disconformidad de algún industrial que incluso consideró que el precio podía reducirse, si el fraude que con el pan se viene realizando se suprimía de raíz.

«Si a nuestro querido presidente del Gobierno le preocupan los precios, permítasenos resolver el abusivo del pan en Madrid antes del inevitable escándalo. Respetuosamente, Emilio Alonso Munárriz, presidente Consejo Pancasa y lucha contra el fraude», reza el telegrama que, con fecha 19 de julio, le dirigió el señor Alonso Munárriz, industrial panadero afincado en Madrid, al presidente del Gobierno.Este industrial lleva ya muchos años intentando poner coto a los abusos que en el terreno de la fabricación y distribución de pan se vienen cometiendo. Sobre ello, en más de una ocasión, ha intentado poner a disposición de las autoridades competentes en el tema una nueva estructuración del sector, que vendría a suponer un abaratamiento del precio del pan en Madrid, que el consumidor viene obligado a pagar.

El tema surgió también en la rueda de prensa que con el alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga mantuvieron en la mañana de ayer los informadores municipales. La propuesta, estudiada ya por el Ayuntamiento madrileño, según manifestó el señor De Arespacochaga, era la de una posible cesión de bancas en los mercados municipales para que «quien ha propuesto bajar el precio del pan en Madrid, lo haga, por el bien del consumidor de la capital».

Sobre el tema y la posible solución propuesta, el alcalde declaró que fue estudiado por el Ayuntamiento, pero hubo de ser rechazada, pues «sería meter un elemento más de lío en todo el asunto que ya bastante conflictivo se presenta».

Precedentes

Desde el 16 de julio de 1964, el señor Alonso Munárriz intenta, sin éxito hasta el momento, reducir el precio del pan en la capital de España, ofreciendo a industriales artesanos que, de otra forma, difícilmente podrían prosperar en su negocio, la fórmula mecanizada de elaboración del pan. Es precisamente en esta fecha cuando se constituye Pancasa, sociedad de la que es presidente.De entonces aquí, alguien, el señor Alonso, ha intentado, contra lo que podrían parecer sus intereses, abaratar el precio del pan. A ello se ha opuesto, reiteradamente, los intereses de un gran grupo de industriales que veían perder «su» gran negocio, si esto llegaba alguna vez a convertirse en realidad.

La cifra del fraude del pan en Madrid, se puede calcular en unos siete mil millones de pesetas en los últimos cinco años, que ha de pagar el siempre sufrido consumidor. Es justamente esta cifra la que pretende reducir del gasto diario de los madrileños el señor Alonso.

Su última intentona radica en la creación de una cooperativa (CONPAN), por medio de la cual el pan, fabricado por unos industriales, no dispuestos a seguir con el fraude, sería vendido en unos despachos colaboradores, con la participación de las asociaciones de vecinos y consumidores. El sistema se puso en práctica y el pan se empezó a vender dos pesetas más barato en cada pieza de 320 gramos, lo que supone unas siete pesetas por kilo. Pero en uno de los establecimientos que habían empezado con el sistema, una furgoneta a su puerta se puso a regalar el pan al público que acudía a comprarlo más barato. Esto ocurría en la calle de Pinos Bajas, en el número 54.

Este hecho, unido al anterior, en el que el señor Alonso disparó sobre el presidente de la Agrupación Nacional de Panadería, Pedro Castro -ver EL PAIS, 3 y 4 de julio-, ha enrarecido el ambiente hasta extremos insospechados, lo que viene a dificultar todavía más el que el consumidor madrileño pueda llegar algún día a tener un pan más barato.

Pero hoy todavía se vende pan a un precio menor del «autorizado» en tres o cuatro despachos, fundamentalmente en la zona de Entrevías. Emilio Alonso está dispuesto, según él mismo ha manifestado, a continuar en su lucha contra el fraude hasta lograr que el precio del pan se coloque en los índices que son justos.

Los consumidores piden pan más barato

Mientras en el panorama panadero de producción se dividen dos frentes claramente diferenciados, el consumidor madrileño pide pan barato y de buena calidad. Estas dos condiciones han brillado por su ausencia en numerosas ocasiones y han provocado la reacción inmediata de los consumidores. Emilio Alonso Munárriz, industrial panadero, con cien millones de pesetas en pérdidas (certificados por delante), consecuencia de su presencia constante en el foro de denunciar el fraude escandaloso que desde hace tres años ocupa lugares destacados en los medios de comunicación, sería la parte enfrentada al consorcio panadero de la Agrupación Nacional de Panadería, en la que se encuentran Pedro Astro, Marcelino Gil, Toribio del Río, Francisco Fernández y los señores Quintana, Mañas, Losada y Martínez Caro. Los precios del pan de Alonso Munárriz son hoy más baratos que los del resto de los industriales panaderos. Pudiera pensarse que esos cien millones de pérdidas se debe al quijotismo de ofrecer pan más barato sin llegar a cubrir costes de fabricación, pero no es así, y Emilio Alonso lo demuestra con precios, presupuestos y costes de fabricación. Unilateralmente decidió vender el pan más barato que los demás y esto provocó la reacción inmediata, no sólo en forma de atentados y amenazas sino a base de colocar furgonetas que distribuían el pan gratis delante de los despachos con pan abaratado.Años después de que comenzaran las denuncias sobre el fraude en el peso y el precio del pan, años después de que la Administración ignorase un fraude reiteradamente denunciado, son los consumidores los que exponen sus puntos y solicitan freno a la carestía de la vida simbolizada en la subida experimentada por el precio del pan. Si hay quien lo vende más barato es que se puede fabricar más barato, sin especular ni defraudar al consumidor.

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