Uno de los barrios peor dotados de Madrid

En el capítulo anterior se aludía a las deficiencias que el barrio Tercio Terol registraba en su infraestructura diaria, en su equipamiento urbano y en las dotaciones de servicios. En este capítulo, basado igualmente en el informe redactado por su asociación de vecinos, se evidencia la situación de esta extensa zona de la periferia madrileña, una de las más deprimidas de cuantas componen el mosaico madrileño, como el «dossier» pone de manifiesto.

Otro de los grandes focos de problemas del barrio Tercio Terol lo compone la situación de los transportes que surcan el área. Las líneas de autobuses carecen de suficiente número de unidades, deficiencia que sumada a la escasa fluidez del tráfico en la zona, arrastra un evidente caudal de problemas para los usuarios de este transporte público. Las camionetas, de las denominadas periféricas, aparecen en el informe de la asociación vecinal como modelos de irregularidad y falta de higiene, caracterizadas además por su vetustez en el servicio de viajeros. En cuanto al ferrocarril metropolitano, el vecindario ha expresado con frecuencia su deseo de contar con una línea que recorra Vía Carpetana -eje del barrio- y, si bien permanece en construcción una boca de metro en el cruce de esta calle con la de Nuestra Señora de Valvanera, muchos de los vecinos temen que las obras se demoren excesivamente. La dimensión del problema de los transportes trascienden su propio ámbito para incrustarse en el de la sanidad.Debido a la escasa dotación sanitaria de Tercio Terol -75.000 habitantes- el traslado urgente de enfermos a los macro-hospitales u otros centros sanitarios tropieza con la elevada fluidez y densidad de la circulación rodada, generosa en embotellamientos y fundamentalmente lenta. Asimismo, la zona carece de ambulatorio de la Seguridad, Social -prosigue el informe-, aunque gran parte de los pobladores son cotizantes de esta entidad. Problema común a muchos de los barrios madrileños, el de las ratas constituye un tema sin visos de solución, en virtud del incontable número de vertederos y a los problemas que se derivan de la recogida de basuras. Este servicio se efectúa a las 3 de la madrugada, y -según se establece en el texto del informe- ocasiona molestias entre un vecindario netamente obrero. El vecindario ha solicitado reiteradamente que la basura se recoja a las 7 de la mañana, para evitar trastornos. Paralelamente, el texto considera deficientes los servicios de riego y limpieza de las calles y estima como especialmente necesaria su correcta ejecución, ya que el número de vertederos y barrizales del barrio ensucia en mayor medida las vías de la zona. Tras aludir al panorama sanitario reinante en los núcleos chabolísticos, el informe penetra en distintas descripciones del tema de la carestía.

Por cuanto se refiere a los alimentos, la Asociación de Vecinos afirma que los básicos -pan, leche, patatas...- experimentan una carestía notable a la que hay que añadir la falta de calidad de los denominados alimentos perecederos, expendidos a precios elevados. Faltan puestos suficientes como para permitir la opción de otros alimentos y la ausencia de un mercado municipal no se ve cubierta por las galerías de alimentación, cuyo número es reducido. El quinto punto del informe entra en la temática educativa del barrio y se refiere a la desescolarización que afecta a los niños del área, sobre todo a los chabolistas, sometidos -según el texto- a discriminación. Después de aludir al desnivel entre los colegios privados y los estatales, mayoría los primeros -subvencionados y sin subvencionar, caros ambos para los vecinos-, los estatáles carecen de capacidad de absorver la población escolar y tan sólo cobijan a la cuarta parte. No existen centros de Bachillerato Unificado y Polivalente, tampoco de Formación Profesional ni de COU. El vecindario reclama la escolarización total de los niños, la construcción de colegios gratuitos, la utilización completa de los centros estatales, y el grado de audiencia que las Asociaciones de Padres de Alumnos, en ocasiones desoídas, exige. El panorama cultural de Tercio Terol se constriñe a un centro instalado en un local de un colegio, cedido provisionalmente durante un horario nocturno, con grandes dificultades en su desenvolvimiento y totalmente ineficaz para cubrir las necesidades de un barrio densamente poblado. La escasez se extiende también a la cifra de guarderías infantiles, cuya proliferación reivindican los vecinos al igual que la de las bibliotecas populares, los centros de reunión para ancianos, adultos, jóvenes y niños.

El barrio no tiene local para su Asociación de Vecinos, ni instalaciones públicas deportivas para los jóvenes, y las zonas verdes donde cabría construirlas se ven utilizadas como cementerios de automóviles, vertederos o solares tapiados sin uso alguno.

El barrio de Tercio Terol, con su extenso perímetro entre las calles de General Ricardos, Gallur y la de La Oca, el Camino de la Laguna, los paseos de la Ermita del Santo y del 15 de Mayo y la Vía Carpetana, con sus 75.000 habitantes, constituye una de las zonas urbanísticamente más deprimidas de Madrid y su vecindario, mediante este informe de la Asociación de Vecinos pretende que tal situación sie conozca, y se palíe, tras muchos años de inercia en el trato municipal