Guerra de declaraciones entre Kenya y Uganda
Menos de veinticuatro horas después de haber amenazado con bombardear la residencia del presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, el general Idi Amin, en una inesperada vuelta atrás, declaró que jamás atacará a sus hermanos kenianos.
A pesar de esta declaración tranquilizadora en Nairobi, se informa de la continuación de preparativos bélicos ugandeses. Recientemente un alto funcionario del gobierno libio reconoció en Kuwait que su país había enviado a Kampala una parte de los Mirages adquiridos a Francia. Uganda lo ha desmentido.
Sea cual sea la realidad, los expertos militares kenianos consideran que estos Mirages no son operacionales si no cuentan con la necesaria infraestructura de tierra. A pesar de ello, y tal vez como disuasivo, una fragata norteamericana lleva varios días fondeando en el puerto keniano de Mombassa.
Desde el aeropuerto de Nairobi un avión de reconocimiento, también norteamericano, efectúa misiones sobre las fronteras de Uganda y Kenia para prevenir cualquier movimiento de tropas de aquel país.
Entretanto, las autoridades kenianas han desmentido que estén sometiendo a Uganda a ningún bloqueo económico. Hace unos días, portavoces ugandeses habían afirmado que Kenia interrumpió todo el tráfico de mercancías hacia Uganda. Esta medida es de vital importancia, pues el puerto de Mombasa es la única vía para la importación y exportación de Uganda.
En Nairobi se indicó no obstante, que son los transportistas kenianos los que se niegan a pasar las fronteras de Uganda, temerosos de las represalias que se tomaron allí contra sus compatriotas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.