El pacto social puede ser un paso para el problema de la inflación

El reconocimiento de que la política económica en los últimos años no ha conseguido paliar los desequilibrios exterior e interior, fue el punto de partida del gobernador del Banco de España, Luis Coronel de Palma, en el discurso de presentación del informe anual de dicha institución sobre la economía española, ante el consejo general.Coronel de Palma señaló el condicionamiento que para el proceso de cambio político puede derivar de las actuales dificultades económicas, que todavía distan de ser superada. Por otro lado, la política monetaria ha tenido que actuar reteniendo la inflación o contribuyendo al lanzamiento de la reactivación. No obstante, por primera vez en 1975, el Banco de España ha dispuesto de instrumentos de política monetaria realmente satisfactorias; por tanto, ahora el problema pasa del terreno de los instrumentos al de la fijación de los objetivos.

Este es un terreno polémico, porque existen partidarios de que la política monetaria favorezca la reactivación a todo coste, y otros de que luche contra la inflación. El gobernador dijo que el año pasado en términos de disponibilidades líquidas, los objetivos habían estado muy cerca de cumplirse y anunció que para 1976 la política monetaria estará condicionada por la evolución económica en general, razón por la cual se han formulado objetivos solamente para el primer semestre del año, cifrados en un crecimiento de las disponibilidades líquidas entre el 16 y el 17 por 100. Aludió a los peligros que para la política de control monetario supone el creciente déficit del sector público.

En la segunda parte del discurso, Coronel de Palma se refirió a los problemas a medio plazo de la economía española: empleo, déficit exterior e inflación. Después de advertir que la economía española se mueve ahora en un marco muy diferente al del periodo 1960-73, -en el cual la tasa media de crecimiento real fue del 7 por 100- señaló que en la década de los 60 se crearon 1.600 puestos de trabajo, pero que ese esfuerzo apenas si bastó para contener los trasvases de la población agrícola que alcanzaron la cifra de 1.500 personas. La consecuencia más inmediata fue que, a pesar del intenso desarrollo económico, más de 700.000 trabajadores españoles tuvieron que emigrar a Europa.

Según el gobernador del Banco de España la solución al problema del paro ha de venir por el camino del crecimiento económico, pero esta solución puede entrar en conflicto con las perspectivas de la balanza de pagos, ya que según trabajos del Servicio de Estudios de dicha institución, un crecimiento real de nuestra economía inferior al 4 por 100 impediría mejorar de aquí a 1980 el déficit por cuenta corriente que hoy existe. Indicó también que la solución al problema del comercio exterior y el paro ha de venir por vía de un aumento general de la productividad del sistema económico, evitando tanto el proteccionismo comercial, como las políticas al fomento artificial de la exportación.

Coronel de Palma analizó por último el problema de la inflación. Dijo que si bien un pacto social sería un paso en la dirección adecuada, no se pueden ignorar las dificultades políticas que están implícitas en la negociación de ese pacto social.

Finalizó su discurso resaltando que la eficacia de la economía requiere una mejor utilización del sistema financiero en la asignación de ese recurso escaso que es el ahorro y subrayó su deseo de que los mercados financieros sean cada vez más libres y competitivos.