Francisco Lara,
director de cine, que rueda en Zamora su película Secretos de alcoba, topó con la iglesia: al solicitar permiso para rodar en la catedral zamorana la secuencia del arrepentimiento (y la subsiguiente confesión) de la protagonista -presunta pecadora- se encontró con que el Cabildo catedralicio de la vieja ciudad no estimó suficientemente moralizante el guión del film. Lara ha tenido que cambiar ahora la catedral de Zamora por la de Salamanca: el Cabildo salmantino no le planteó ningún problema
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