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Italia, sin diarios

Los periodistas piden hechos y no buenas razones para conjurar la crisis de sus empresas

Hechos y no palabras es lo que quieren los periodistas italianos de parte del Gobierno. Que los empresarios editores respondan con hechos y no con maniobras desean todas las categorías del sector de la información desde el periodista al tipógrafo y el vendedor.Todos, televisión y radio incluidas, se han declarado ayer en huelga para defender ante todo la libertad de información que se ve en peligro por la política de concentración de cabeceras de los grandes editores, como Angelo Rizzoli, por la deficiencia técnica de los pequeños diarios,sobre todo de partido, por el general desinterés de un público que sólo lee revistas ilustradas o enciende cómodamente la televisión. Los sindicatos han indicado que se trata sólo de una «primera jornada pública de movilización» para solucionar una crisis que se considera como la más grave de su historia.

El 31 de julio próximo morirá definitivamente Giornale d'Italia, vespertino de Roma, que ya a primeros de este mes salió con grandes titulares en rojo que decían «condenado a muerte el «Giornale d'talia. Monti ha decidido: liquidación». Desde entonces periodistas y tipógrafos se encuentran en lenta agonía, mientras la Federación de la Prensa ha solicitado la intervención del Gobierno.

Contra Monti, rey del azúcar y del petróleo, también protestaron días pasados las redacciones de otros periódicos de su cadena, como Il Resto Delcarlino, de Bolinia; La Nazione, de Florencia, y Il Telegrafo, de Liorna.

En Nápoles, Il Mattino volvió a salir tras un mes de huelga. Durante cuatro días no salió el principal diario de Liguria, Secolo XIX, por protesta contra su director, Vittorio Bruno, y su editor, Alessandro Perrone.

El Partido Comunista quisiera liberarse de un diario tan popular como el vespertino romano Pese Sera, o encontrar un socio sobre cuyas espaldas pudiera descargar el déficit anual de cinco millones de dólares, apenas un tercio del déficit del mayor diario italiano, Corriere della Sera. Naturalmente, la redacción de este diario está agitada. Lo mismo ocurre al más glorioso diario del movimiento italiano, Avanti, que fue dirigido antes de la primera guerra mundial por el entoncesjoven Benito Mussolini y es hoy órgano del Partido Socialista italiano de Pietro Nenni. La redacción quiere que se nombre a un periodista con capacidad profesional y a un administrador que sea un «manager». «Nuestro diario -afirman sus redactores- se imprime en Roma con una rotativa de 1921 ».

El diario de la Fiat, La Stampa, con un déficit de siete millones y medio de dólares, también dejó de salir durante varios días a causa de reivindicaciones salariales (un 6 por 100 de aumento) de los tipógrafos.

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«Si los periódicos agonizan, escribía Eugenio Scalfari, director de La Repubblica, recientemente, se debe al hecho de que el costo del trabajo (periodistas y tipógrafos) es decididamente superior a los normales standard que se tienen en otras categorías de trabajadores de análoga calificación». «Estamos dispuestos a afrontar incluso períodos de austeridad- ha declarado Alessandro Cruzi, de la Federación Nacional de la Prensa, sindicato de los periodistas, pero queremos que los editores respondan con hechos y no con palabras o maniobras».

El Gobierno difícilmente podrá intervenir con hechos por carecer de fuerza para ello y la industria paraestatal difícilmente podrá ser, como en el pasado, el paño de lágrimas o la panacea contra las deudas y déficits. Por otra parte, tampoco los sindicatos, en una fase de planificación de su estrategia futura, podrán tirar excesivamente de la cuerda.

Reaparecen las «Brigadas Rojas»

Cinco hombres, armados con metralletas y pistolas, asaltaron ayer la sede de la Asociación de Médicos Dentistas italianos en Milán, sin cometer, sin embargo, ninguna clase de sustracción.

En las oficinas se hallaban en el momento del asalto, siete empleados. Los asaltantes maniataron y amordazaron a los dependientes, encerrándolos en una de las habitaciones.

Cuando fueron descubiertos y liberados los empleados, se pudo advertir que los asaltantes habían hecho pintadas en las paredes de las oficinas, con el dibujo característico de la estrella de cinco puntas roja, la firma «BR» (Brigadas Rojas) y «slogans» típicos de la organización. Al parecer, no se llevaron documentos ni dinero de las instalaciones.

Se trata de un acto de presencia de los brigadistas, que desde hace un mes -que reivindicaron el asesinato del juez genovés Francesco, Coco y dos acompañantes- habían guardado silencio.

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