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Un Gabinete que se aleja del antiguo régimen

El nuevo Gobierno español tendrá por misión principal preparar las elecciones parlamentarias de la próxima primavera y continuar la reforma política, según la interpretación de la prensa norteamericana.Para el diario The Washington Post, el Gabinete del señor Suárez está compuesto mayoritariamente por jóvenes liberales democristianos y supone un claro alejamiento del antiguo régimen. Tras señalar que muchos de los nuevos ministros son amigos del Rey y que varios de ellos sirvieron en altos puestos administrativos durante la época de Franco, pero abogaron abiertamente por la reforma, el corresponsal en Madrid del Post destaca el hecho de que en el nuevo Gobierno no figure ningún miembro de la Falange ni del Opus Dei.

La formación del nuevo Gobierno, continúa el diario, pone fin a una crisis política que afectaba a la credibilidad y estabilidad de la Monarquía. Entre los nuevos ministros, el corresponsal del Post dedica especial atención a los señores Oreja y Martín Villa. Del primero cita su vinculación al grupo liberal democristiano Tácito, y del segundo su gestión al frente del Ministerio de Relaciones Sindicales, desde el que, según el diario, mantuvo activos contactos con las ilegales Comisiones Obreras.

Para Henry Giniger, corresponsal de The New York Times, el Gabinete de Suárez está compuesto por funcionarios reformistas, democristianos conservadores y personas consideradas liberales bajo el régimen de Franco.

El nombramiento de Marcelino Oreja cómo ministro de Asuntos Exteriores parece significar, en opinión de Giniger, una continuidad en la política exterior española, cuyas metas son la integración en la Comunidad Económica Europea y en la OTAN.

El nombramiento del señor Martín Villa como ministro de la Gobernación es destacado por el Times, que le define como un funcionario público bajo el régimen de Franco, pero con áctitudes más liberales que la mayoría, que estaba preparando la transformación de la Organización Sindical en grupos independientes de empresarios y trabajadores cuando fue aceptada la dimisión de Arias.

Según Giniger, el nuevo jefe del Gobierno está dispuesto a legalizar al Partido Comunista a cambio de una mayor cooperación de los grupos no comunistas y de una menor agresividad en el campo laboral de los comunistas. Del mismo modo, concluye el Times, el nuevo primer ministro podría obtener el apoyo del Partido Nacionalista Vasco a cambio de algunas concesiones en las peticiones de autonomía para el País Vasco.

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