Se entregaron los tres atracadores que mantenían ocho rehenes en una joyería

Después de más de doce horas de extrema atención terminó felizmente el atraco seguido de la retención de ocho rehenes,efectuado en una joyería de Sant Boi del Llobregat. Fueron detenidos los tres atracadores: Rafael Pérez, de veintisiete años; Francisco Soler Amigó, de diecinueve, y Francisco Moreno, de veintidós. Todos ellos poseen antecedentes penales. Dos estaban reclamados por sendos juzgados: uno de ellos estaba pendiente de busca y capturado y respectó al otro estaba interesada por la autoridad judicial la averiguación de su domicilio.Los hechos se iniciaron poco antes de las siete de la tarde del lunes, cuando los tres asaltantes entraron, empuñando pistolas, en la joyería Puig, sita en la plaza de Catalunya de la mencionada localidad, a once kilómetros de Barcelona. Acto seguido amenazaron a las personas que se encontraban en su interior: un hombre, cinco mujeres, un niño y una niña. Desde el exterior, unos jóvenes observaron cómo los tres atracadores penetraban, encapuchados y armados, en la joyería. De inmediato dieron aviso a la Guardia Civil de la localidad, que desplazó al lugar del asalto a un sargento y a un número del mencionado Cuerpo.

Al llegar los guardias civiles a la joyería, los atracadores les dispararon dos tiros, que no causaron víctimas. La fuerza pública repelió a la agresión con unos tiros al aire, ya que era imposible disparar contra el establecimiento sin que pudieran ser heridos algunos de los rehenes.

Se inició un cerco de la zona, en el cual Regaron a tomar parte una treintena de miembros de las fuerzas de orden público, entreguardias civiles y Policía Municipal. También estuvieron presentes, aunque no llegaron a intervenir, unos 10 ó 12 iniembros del Somatén, armados con pistolas.

Inicialmente, la Guardia Civil se limitó a tomar posiciones; en vista a que era imposible un asalto sin que se produjeran víctimas entre los rehenes.

Los atracadores solicitaron que les fuera facilitado un vehículo blindado. de los utilizados en los transportes de seguridad, y también, según algunas fuentes, pedían fueran puestos en libertad tres detenidos. En ningún momento la fuerza pública accedió a las peticiones, pero EL PAÍS ha podido saber que se tomó muy en consideración la posibilidad de que los rehenes pudiesen ser sustituidos por guardias civiles vestidos de paisano, que se ofreciesen voluntarios. Un coronel y un teniente coronel dirigieron una auténtica, guerra de nervios con la finalidad de desmoralizar a los atracadores.

El resultado fue óptimo, y a las 7.30 de la mañana, los atracadores salían del establecimiento para entregarse, después de doce horas y media de gran inquietud.

Los asaltantes fueron inmediatamente detenidos y llevados al cuartel central de la Guardia Civil en Barcelona, sito en la calle de San Pablo. Allí se iniciaron las diligencias policiales, que, al parecer, seran entregadas dentro del plazo que marca la ley, a la autoridad judicial militar.

Se da el caso que uno de los atracadores, Francisco Soler-Amigó tiene los mismos apellidos que un compañero, del joven anarquista catalán Salvador Puig Antich. Sin embargo; parece ser que no hay ninguna relación de parentesco. También se descarta de forma rotunda en este suceso todo posible móvil político.