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Dos bombas destruyen un club juvenil en Usera

«La cadena de atentados que se vienen sucediendo desde hace tres años, se ha consumado en la voladura del club juvenil de la parroquia de San Juan de Avila». Representantes de esta parroquia, junto con otros de la de la Virgen de la Fuensanta y de la Asociación familiar de Usera enviaron ayer varios escritos a las autoridades y a la opinión pública para protestar por este acto que los firmantes atribuyen a «grupos de extrema derecha».

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Nota del obispo vicario del Sur

Dos cargas explosivas, al parecer colocadas por expertos, destruyeron ayer sobre las 2. 10 de la madrugada el Club Juvenil Beato uno de los tres que desarrollan su actividad en el barrio de Usera. Los artefactos que explotaron con un intervalo de un minuto, derribó una de las paredes exteriores del local, dos tabiques de separación y afectó también al techo, que resultó resquebrajado.

Despacho laboralista

Una de las tres habitaciones que poseía el club estaba ocupada por el despacho de los abogados laboristas Pilar Fernández, Emilio García Horcajo e Isabel Santos, que era el único en la zona.Según el señor García Horcajo, el atentado está dirigido más contra el club por la actividad que desarrollaba, (filmoteca, conferencias, excursiones, bailes, cursillos de formación social), que contra el despacho que también atendía a los problemas del barrio.

El despacho funcionaba desde hacía tres años, con consulta todos los martes y jueves, mientras que el club abría todas las tardes de las cinco en adelante. «El local estaba abierto a todos los jóvenes del barrio. El que podía pagaba según sus posibilidades». «Ahora a ver dónde nos metemos». «El club era muy sencillo, ha sido más la pérdida moral que la material ».

Eugenio Castillo coadjutor de la parroquia de San Juan de Avila, iglesia de la que dependía el club, explicó a EL PAÍS en qué ha consistido «esa cadena de atentados y amenazas", reivindicadas en muchos casos por guerrilleros de Cristo Rey.

"Los atentados comenzaron en el barrio cuando nos ocupamos nosotros de la parroquia; nos han amenazado por teléfono y por escrito; hace un año dieron una paliza y amenazaron con una pistola al párroco de la parroquia Virgen de la Fuensanta, con la que trabajamos; después golpearon a Florián Lorio, párroco de nuestra iglesia; hace mes y medio quemaron el Seat-850 de mi propiedad y vinieron cuatro personas a buscarme a casa, por esta razón tuve que marcharme unos días fuera de Madrid y lo último que han hecho fue quemar un Simca, 1200 de un miembro de nuestra comunidad católica.

Concentración

«A las seis concentración frente al club» decían unos carteles puestos por el barrio. Y a la seis más de doscientas personas se presentaron en la explanada que está delante del lugar del atentado. «No más atentados», «solidaridad del barrio», «queremos nuestro local» «justicia», «sí a la cultura, no a las bombas». Pancartas y pintadas expresaban la opinión de los afectados.Eugenio Castillo dijo que «Los curas y encargados de la parroquia estamos dispuestos a seguir en la misma línea», los abogados explicaron que continuará el servicio al barrio y los jóvenes se lamentaron de que «es un atentado no contra el club sino contra el mismo barrio».

Los jóvenes y vecinos asistentes decidieron crear una asamblea permanente hasta que se es carezca el caso, así como organizar una campaña económica para reconstruir el club y la solicitud de una manifestación a la que pretenden sumar a todos los clubs juveniles madrileños.

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