McCloskey defiende ante el Congreso la ratificación del tratado con España
El Gobierno de los Estados Unidos ha manifestado que el nuevo tratado hispano-norteamericano no le obliga a consultar con España los movimientos de sus tropas en las bases españolas. Tales consultas sólo se realizarían en caso de un ataque contra España, afirmó en el Congreso el embajador volante que presidió la delegación norteamericana negociadora del Tratado, Robert McCIoskey.
A pesar de las presiones de algunos congresistas, McCIoskey eludió referirse en concreto a un hipotético conflicto en Oriente Medio y su repercusión en la aplicación del Tratado, pero generalizó que en el articulado del mismo no existe ninguna restricción específica a los movimientos de tropas norteamericanas en las bases en España.Un alto funcionario del Departamento de Defensa había declarado el 8 de junio en el Congreso que el Gobierno de Washington tendría que consultar al de Madrid antes de poder utilizar las bases en una guerra del Medio Oriente. Harry Bergold, segundo ayudante del Departamento de Defensa para Asuntos Legislativos, afirmó en aquella ocasión que esta consulta tendría que realizarse quizá más explícitamente que en el pasado.
McCloske intervino el miércoles ante el Comité de Relaciones. Internacionales de la Cámara de Representantes, que ha iniciado una serie de audiencias para recoger información que facilite sus deliberaciones cuando ten,ga que aprobar la apropiación de los fondos Decesarios para cumplir el Tratado.Saliendo al paso de la larga polémica surgida en el Capitolio sobre los mecanismos legales de las obligaciones financieras contraídas por el Gobierno en el Tratado, McCIoskey dijo que una vez que su texto sea ratificado por el Senado, el Congreso estará moralmente obligado a proporcionar los fondos para llevarlo a la práctica.
Oposición de congresistas
Precisó que el Gobierno ha aceptado que la apropiación de los fondos se realice anualmente como parte de los presupuestos de ayuda al exterior, aunque dijo que hubiese preferido una adjudicación global para los cinco años de vigencia del Tratado.Algunos congresistas habían mostrado cierta oposición a que el Gobierno se comprometiese a otorgar una ayuda económica a España por un periodo de cinco años, cuando es necesario que esas cantidades sean sancionadas por el poder legislativo anualmente.
La Cámara de Representantes no tiene ninguna atribución en la ratificación del Tratado -que sólo es competencia del Senado-, pero si debe dar su aprobación anualmente a la ley de Ayuda Exterior, en la que se incluyen las aportaciones norteamericanas a España previstas por el nuevo Tratado.
McCIoskey, al igual que hicieron hace 8 días representantes del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa, mantuvo la tesis ante los congresistas de que el Tratado debía ser ratificado como un medio de facilitar la integración de España en el sistema defensivo occidental.
Manifestó el embajador la convicción norteamericana de que España «es un componente natural y lógico del sistema defensivo de Occidente en la zona del Atlántico norte» y agregó que el Tratado ofrece un marco más fuerte a las relaciones entre los Estados Unidos y España «mientras que este país desarrolla un nuevo orden interno y asume un papel internacional más amplio».
Tras referirse a los propósitos manifestados por el Rey Juan Carlos ante el Congreso de promover un ordenado progreso hacia la democracia, McCIoskey dijo que desde el mes de noviembre ha,liabido en España acontecimientos positivos.
«Hay una nueva atmósfera de optimismo en España, se están llevando a cabo reformas políticas concretas y el progreso hacia elecciones democráticas ha tenido lugar sin un desorden debilitador», añadió.
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