La política de la vivienda no debe servir para ocupar tierras y hogares ajenos
La Conferencia del Hábitat sobre los asentamientos humanos, recientemente clausurada en Vancouver (Canadá), es la primera convención mundial que ha establecido normas y objetivos sobre la vivienda humana a nivel internacional. Esta reunión, en la que han participado 134 países, ha sido calificada como la mayor conferencia internacional jamás celebrada dado que en ella han participado, de una forma u otra, más de diez mil personas.
Concluidas las sesiones plenarias, se han agrupado en un documento las recomendaciones para acción nacional sobre políticas, planeamiento, instituciones y administración de asentamientos humanos. En el preámbulo se afirma, que las políticas sobre asentamientos no deben ser utilizadas para desposeer de hogares y tierras a las personas o para mantener los privilegios o la explotación.
La primera de las recomendaciones establece que, todos los países deben propugnar con carácter de urgencia una política nacional sobre los asentamientos humanos, que comprenda la distribución de la población y las actividades económicas y sociales relacionadas. En este sentido, el propósito fundamental de toda política deberá ser el de mejorar las condiciones de los asentamientos humanos y promover una distribución más equitativa de los beneficios del desarrollo entre las regiones, haciéndolos por igual accesibles, lo mismo que los servicios públicos, a todos los grupos.
Otras recomendaciones se refieren planteamiento del hábitat a nivel nacional, regional y local, considerando entre otras cuestiones, la disponibilidad de recursos, la expansión y mejora urbana, la reconstrucción después de desastres, nuevos asentamientos y asentamientos del hábitat de grupos nómadas y emigrantes.
Se han tratado también cuestiones relacionadas con la energía y el hábitat y la industria de la construcción.