Estadísticas: así, pero mejor

Señalábamos ayer la presentación del nuevo sistema de contabilidad nacional con base en el año 1970, presentado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). a hoy resumimos brevemente un análisis acerca de los nuevos datos.La nueva contabilidad nacional (CNE) responde en su estructura a los sistemas normalizados de las Naciones Unidas (SNC) y de las Comunidades Europeas (SEC), en lo que a conceptos y definiciones se refiere. En este punto presenta dos novedades importantes: desaparece el ya familiar concepto de producto nacional bruto, sustituyéndole el producto interior bruto a precios de mercado como medida más caracterizada del producto total de la economía -concepto que se aproxima ahora por la doble vía de la producción y del gasto-, y la renta nacional deja paso a la renta nacional disponible.

El volumen recién publicado por el INE contiene un epígrafe en el cual se recogen las díferencias más loables entre la nueva serie de contabilidad nacional y la anterior, basada en el año 1964. Destacan el incremento del 16,4 por 100 que experimenta el PIB al cóste de los factores en la serie con base 1970, aumento concentrado especialmente en el sector secundario, y dentro del mismo en la construcción (85,1 por 100 respecto a la serie con base en 1964); así como el casi nulo incremento de la s ramas agraria y pesquera (1,7 por 100 en la nueva serie).

Descendiendo al detalle de los componentes de la demanda, el consumo privado experimenta una notable revalorización (12,7 por 100) debida, según indica el INE, al mejor conocimiento de su estructura, proporcionado por la nueva encuesta de presupuestos familiares. El consumo público, por el contrario, disminuye un 8 por 100. Lacausadeeste fuerte descenso, se nos dice, reside en la forma de contabilizar la medicinas suministradas por la Seguridad Social.

Las diferencias más notables entre la serie de 1964 y lade 1970 se hallan en la inversión. De un lado, la formación bruta de capital fijo es en la nueva serie un 23,9 por 100 superior a la antigua; de otro, la variación de existencias pasa de crecer un 1,8 por 100 en 1970, en la serie antigua, a un 20,2 por 100 en la recién publicada por el INE.

El salto de la inversión en capital fijo se debe fundamentalmente a la revisión al alza que ha experimentado la construcción. Concretamente, este componente de la inversión se ha modificado en un 85,1 por 100, el volumen que comentamos no dice, por desgracia, nada respecto a los indicadores y fuentes que han, permitido al INE efectuar tan importante cambio. Igualmente, guarda silencio respecto a la justificación de las discrepancias observadas por la evolución de la variación de existencias durante el quinquenio objeto del estudio: baste decir como muestra que mientras la serie antigua señala un decrecimiento del 1,6 por 100 en 1971, y un aumento del 26,9 por 100 en el año siguiente, la serie revisada indica para los mismos períodos crecimientos del 23,7 y del 11,6 por 100.

Resumiendo nuestra impresión: estamos ante una indudable mejora de nuestras estadísticas, que esperamos ver pronto continuada con la publicación de los años 1964-69. Sería igualmente deseable que las fuentes estadísticas utilizadas en la nueva contabilidad aparecieran sin esperar la publicación de la serie histórica a fin de poder formarse un juicio más exacto del valor de las modificaciones introducidas. Queremos subrayar también que cuantos trabajamos en la prensa, por no decir todos los estudiosos de la economía, ganariamos mucho si la cooperación entre diversos organismos de la Administración fuese más frecuente y estrecha; series tales como la actual revisada de la contabilidad nacional podrían acelerarse, y proyectos como la estimación de la contabilidad trimestral, iniciado por el Banco de España se perfeccionarían y cobrarían realidad en un futuro no demasiado lejano.