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Carta abierta de los chabolistas de Las Pilillas al Rey

Alrededor de doscientas firmas suscriben la carta abierta, dirigida al Rey, que los vecinos de Las Pilillas, en Moratalaz, han enviado a los medios informativos en torno a su deficiente situación. Cuarenta y cuatro familias denuncian la pésima condición de higiene y habitabilidad en que se encuentran sus viviendas.«Hemos agotado y canalizado todos los medios a nuestro alcance y creemos que en una carta abierta a la prensa es donde mejor podemos exponer nuestra grave situación», dicen los firmantes.

La carta, tras exponer el grado de encono al que ha llegado la cuestión de las chabolas de Moratalaz, dice textualmente:

«Vivimos hacinados en pequeños habitáculos, acompañados por ratas e inmundicias propias del medio en que vivimos. Hacemos nuestras necesidades en compañía de nuestros hijos y mujeres, en los descampados cercanos a las chabolas por carecer de medios higiénicos propios. Pagamos al Municipio impuestos por servicios de los que carecemos, como alcantarillado y alumbrado público. En repetidas ocasiones hemos intentado celebrar conversaciones con personalidades de organismos responsables e implicados directamente en este vergonzoso problema. Siempre sus respuestas han sido negativas y faltas de interés. Nuestros hijos juegan a diario con las ratas y conviven entre las basuras y los escombros que las empresas constructoras echan a diario alrededor de nuestras chabolas. Carecemos de escuela estatal y gratuita, por lo que tenemos que enviar nuestros hijos a escuelas privadas con el consiguiente sacrificio. Nuestras chabolas se encuentran situadas bajo un tendido aéreo eléctrico de alta tensión, y en los días de lluvia se producen desprendimientos eléctricos.

Los servicios médicos se niegan a venir a nuestras casas, aun en casos de urgencia, y los taxis tampoco vienen, ya que las calles de acceso están taponadas por los montones de escombro. Han surgido casos de tuberculosis motivados por la falta de higiene que padecemos. Como fondo a este problema aparece en algunas familias el paro obrero».

«Comó verá S. M., el problema de las chabolas de Las Pinillas es un grupo de ladrillos con toda la miseria a cuestas, pero con historia y vida propias. Por ello tenemos que denunciar que se promulguen leyes del suelo que, descaradamente, no se cumplen. Vemos indignados cómo se conceden créditos y suvbenciones oficiales para construir viviendas de superlujo ante la gran escasez y necesidad de viviendas de tipo social y, lo que es peor, un gran porcentaje de adjudicatarios de viviendas protegidas no ocupan dichas viviendas y especulan con ellas.»

«Los culpables de todo este asunto pueden ser señalados con el dedo. Ocupan importantes cargos en la Administración Pública. Por ello, Majestad, la práctica de buscar culpables por nuestra parte no es efectiva dada nuestra precaria situación, pero sí muy necesaria cuando se trata de subsanar la falta de asistencia y encontrar una rápida y eficiente solución. Suplicamos a S. M. que tome en consideración nuestra denuncia y de orden para que se adopten las oportunas diligencias que conduzcan a buen término nuestras aspiraciones».

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