Soluciones para defender el Albaicín, en Granada
El barrio del Albaicín, 30.000 habitantes, en 8.500 viviendas, es el tema de la exposición que ha organizado el Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental -delegación de Granada-. Esencialmente se expone todo el material de documentación, cartografía, fotografía y estudios de base utilizados para la redacción del «Plan Albaicín» de urbanismo; aprobado inicialmente por el Ayuntamiento de Granada y actualmente en período de información pública.El plan, dirigido por los arquitectos Juan López Jaén y Adriana Bisquert Santiago, y en el que han colaborado más de 60 personas, contiene las líneas en que ha de moverse el futuro de este barrio, el más universal y típico de los granadinos, pero al mismo tiempo el más delicado y uno de los más afectados por la especulación.
El plan propone una revitalización del barrio, que actualmente ofrece muy serias carencias de dotación de servicios. El estudio sociológico de base revela los problemas económicos que golpean a buen número de moradores del Albaicín. Un 11 por 100 de las viviendas están vacantes, lo que prueba la intensidad de la emigración; al mismo tiempo un buen sector del barrio dispone de menos de 12 metros cuadrados de vivienda por habitante, que evidencia la gravedad, también, del hacinamiento. Todo proyecto de revitalización del barrio debe tener en cuenta esta necesidad doble de potenciar dotaciones sanitarias, de enseñanza y de todo tipo de servicios, de un lado, y de mejorar la situación económica de sus habitantes, del otro.
El plan auspicia no sólo esa revitalización del Albaicín, sino también la extensión del barrio, mediante la creación en sus actuales aledaños de nuevas zonas de edificación de pequeñas casitas, a modo de cármenes, que cubran las laderas vecinas, haciendo desaparecer barrios muy problemáticos, como el de Haza Grande.
No se reforma prácticamente el actual trazado viario, aunque se reordena la circulación dando prioridad al peatón donde últimamente ha venido imperando el coche. Se quiere devolver a la calle albaicinera su viejo carácter de lugar no sólo de paso sino también de estancia. Se proyecta la creación de una extensa zona verde y la desviación de la actual carretera de Granada y Murcia. En el plan general de urbanismo de Granada esta carretera atravesaría en nuevo trazado la zona alta del Albaicín, justo por las actuales plaza e iglesia de San Bartolomé, de gran sabor, que desaparecerían. La protección de los monumentos albaicineros es, lógicamente, uno de los objetivos primordiales del plan.
Igualmente, el plan propone una solución distinta para el problema de los nuevos accesos a la Alhambra; los previsto actualmente significaban la construcción de una autopista que rompería parajes de gran belleza.
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