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La Coruña: seis presos no consiguieron escapar

Con relación al intento de fuga de cuatro presos políticos y dos comunes de la cárcel provincial de La Coruña, Pyresa ha conseguido un relato en excluiva de los hechos, en el que se narran las circunstancias que concurrieron en los preparativos, así como el desbaratamiento final del plan:«Comenzamos a hacer el agujero para la huida a finales de enero y pensábamos acabarlo para primeros de julio. Llevábamos hechos, 13 metros con 80 centímetros, lo que era más de la mitad. Para ello, utilizábamos un desmontable, cucharas, tenedores, martillos y una cuña de hierro para romper el cemento.»

Más adelante, refiriéndose al control sobre los funcionarios de la prisión para que no detectaran su trabajo, manifiestan: «Sobre los funcionarios, no necesitábamos ningún tipo de vigilancia para sacar las bolsas. Nosotros tendríamos sacadas unas diez toneladas de tierra, lo que viene a ser casi dos camiones. Era una media diaria de diez bolsas y hubo días que logramos sacar hasta 40, aunque algunos otros días eran menos, e incluso en ciertas ocasiones no pudimos trabajar. La tierra la tirábamos por un retrete del salón de los presos políticos, ayudándonos con una manguera de agua. Teníamos que tener mucho cuidado con que no estuviera el administrador, pues éste tiene su oficina en el economato, que queda precisamente debajo del salón de los presos políticos. Por el retrete, echábamos únicamente la tierra, mientras que las piedras más pequeñas iban en el polvo y las más grandes, las metíamos en agujeros o en un hueco que teníamos debajo de los servicios o en los armarios.

Intento frustrado

Más adelante, sobre la dificultad del intento de fuga, y asimismo como se apercibieron los funcionarios de la fuga, señalan: «La culminación de la obra, pensábamos que iba a ser difícil, más que en la salida, en la construcción de los últimos metros, ya que debíamos de tener cuidado para trazar un camino lejos de la visibilidad de las garitas de los policías. Los funcionarios debieron darse cuenta del intento de huida el día en que nos cogieron de madrugada, es decir, en la noche del martes al miércoles, días 11 y 12. Hubo ese día un retén de vigilancia, pero más probablemente motivado por la huida en Martutene, en San Sebastián, de militantes de ETA. Son varias, pensamos, las versiones: primero, la de los funcionarios de la prisión, de que ya sabían de la tentativa, pero que estaban aguardando a que saliésemos para coger también al comando exterior. Segunda: que un preso común -que estaba al tanto de la huida- comentó con otros comunes que iba a haber huida de gente. Tercera: la más probable, y es que un funcionario se encontró en el economato un cubo con 20 bolsas de las que empleábamos para sacar la tierra, húmedas y limpias. Se lo dijo al director, y éste le preguntó al administrador para qué se utilizaban aquellas bolsas, respondiéndole éste que no sabía nada de ellas. Las bolsas, al parecer, fueron analizadas por el director, llegando a la conclusión de que se empleaban para meter tierra.

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