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Los izquierdistas libaneses rechazan la propuesta de una "fuerza de paz" francesa

La intervención militar francesa en el Líbano, propuesta por el presidente Giscard d'Estaing durante su reciente visita a Estados Unidos, queda prácticamente descartada tras la airada reacción de los izquierdistas y musulmanes libaneses y la crítica a tal propuesta de diversos líderes de la zona. Por otra parte, los combates se reanudaron en la capital en la madrugada del domingo, con un saldo inicial de 30 muertos y 55 heridos.

Rachid Karami, primer ministro libanés, se opuso abiertamente a cualquier intervención extranjera en el Líbano, en unas declaraciones efectuadas ayer, en directo, a Radio Tele-Luxemburgo. Karami aseguró que la mayoría de los líderes políticos del país, con excepción de una minoría de cristianos derechistas, se ha pronunciado en contra de la intervención francesa, ya que estiman que detrás de París está Washington y que «las palabras de Giscard fueron inspiradas por Gerald Ford y, sobre todo, por Henry Kissinger".El presidente electo del Líbano, Elías Sarkis, se entrevistó en la mañana de ayer con el embajador de Francia en Beirut, Hubert Argod, para esclarecer ciertos puntos en relación con la oferta del presidente francés de enviar tropas al Líbano para garantizar el fin de la guerra civil. Especialmente, según fuentes bien informadas, Sarkis se interesó por lo que Giscard d'Estaing quiso dar a entender con su expresión de que enviaría fuerzas al Líbano si lo pedían «aquellas partes interesadas».

Los partidos izquierdistas libaneses manifestaron el domingo que rechazaban categóricamente la propuesta francesa de enviar una fuerza de paz. Tras una reunión de los principales líderes izquierdistas, presidida por Kamal Yumblatt, éstos expresaron su extrañeza por el hecho de que el presidente galo hiciera esta propuesta desde Estados Unidos y manifestaron que parecía «una especie de invasión» y que venía a reavivar a la población libanesa «los tristes recuerdos de la amarga historia vivida bajo el mandato francés».

El presidente libio, Gadafi, declaró el domingo en una conferencia de prensa celebrada en La Valeta (Malta) que la llegada de fuerzas francesas sería «una vileza más para el Líbano», y añadió que «estos son métodos anticuados que ya no son válidos en el mundo árabe actual».

La derecha cristiana parece, sin embargo, dispuesta a aceptar la propuesta de Giscard d'Estaing. El líder de la falange libanesa, Pierre Gemayel, declaró pública y reiteradamente, que «sería verdaderamente estúpido» rechazar la oferta del primer mandatario galo. La misma opinión parece tener el presidente Soleiman Frangieh, quien se resiste a dimitir para dejar su puesto al presidente electo, Sarkis, mientras continúe la violencia que, desde hace quince meses, asola al país.

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