Los comunistas lusos después de las elecciones
El día 26 de abril, cuando ya los resultados finales de las elecciones portuguesas daban como vencedor al Partido Socialista y la suma de sus votos con los del Partido Comunista era superior al 50 por 100, éste dirigió una carta a los dirigentes socialistas, redactada en «términos elogiosos y amables», en la que les invitaba a iniciar conversaciones.
El Secretariado Nacional del PS respondió también en «términos elogiosos y amables», pero negó la utilidad de una reunión entre ambos partidos.
La negativa de los socialistas tuvo consecuencias prácticas inmediatas, que se tradujeron en un endurecimiento de las posiciones del Partido Comunista.
Cunhal, en este sentido, opinó en un reciente «comicio» celebrado en Lisboa: «Para eliminar cualquier tipo de ilusiones, el Partido Comunista Portugués deja claro, una vez más, que no apoyará un intento del Partido Socialista de gobernar sólo y desde este momento pone a los dirigentes socialistas ante la responsabilidad histórica que asumirán si insisten en su propósito.»
Respetar el voto
El análisis del Partido Comunista se basa en que fue la izquierda la vencedora en las urnas, y por lo tanto, «respetar el sentido del voto popular es buscar la alianza de la izquierda, lo que significa contar con el Partido Comunista Portugués».Para los comunistas portugueses sólo hay dos tipos de Gobierno en un futuro próximo: o de derechas -gobierno del PS en alianza con PPD (centro) o CDS (derecha)- o de izquierdas -es decir, un Gobierno de coalición entre socialistas y comunistas.
Para Cunhal en este momento la batalla esencial es formar una mayoría de izquierdas en la Asamblea y también un Gobierno de izquierdas. Por eso el líder comunista denuncia como los principales enemigos de la democracia portuguesa al CDS y al PPD: «La derecha que pretende recuperar en Belem (sede de la Presidencia de la República) lo que perdió en Sao Bento (sede de la Asamblea de la República).»
El PCP no será soporte de Soares
La incógnita mayor del próximo futuro portugués -saber si los comunistas apoyarán o se abstendrán en una moción de censura que podría derrumbar un Gobierno minoritario socialista-, parece haber sido resuelta finalmente por Cunhal.En términos que no admiten duda, Cunhal se refirió, a este asunto en la plaza de toros de Lisboa: «Hay quien sugiere un Gobierno socialista bailando entre el PPD y el PCP, cogiendo en la Asamblea los votos de uno y de otro, según la materia a discutir. No entendemos la política como el equilibrio y el Partido Comunista Portugués no facilitará una solución que conduciría a una indefinición política permanente». Y continuó Cunhal: «Es necesario insistir, una vez mas, en que el Partido Comunista Portugués no será el soporte pasivo del PS para que éste realice su política.»
Si las palabras de Cunhal se cumplen en el futuro a rajatabla, un Gobierno minoritario socialista no se mantendría en el poder más que el tiempo suficiente para la presentación de una moción de censura. Y la caída de un Gobierno Soares, si los socialistas mantienen irreductible su posición de gobernar sin aliados, conduciría inmediatamente a la celebración de nuevas elecciones.
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