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LA LIDIA

Galán cantaba ópera

Ayer se lidiaron en Alcalá de Henares seis torillos de Martínez Benavides, flojos y sospechosamente romos. Angel Teruel, oreja en cada uno; Antonio José Galán, dos orejas y saludos; Niño de la Capea, oreja en ambos.

Esos que salieron, ayer en Alcalá son figuras del toreo, de manera que arreglados estamos. Tuvieron para lucirse unos animalitos que de presencia nada, y de agresividad tampoco, aunque embestían muy bien, y no fueron capaces más que de trabajar y trabajar, como si el toreo se tratara de semejante cosa.Yo haría una excepción con Angel Teruel, aunque más bien nos aburrió, porque este espada apunta calidad y se nota. Una suavidad en la ejecución de las suertes, un sentido de la colocación y una cierta enjundia en la ejecución de los pases, indican que sí, que ahí tenemos un torero. Por su parte, Galán toreó a gritos. Un espectador dijo que cantaba ópera. Les dio cientos de pases a los borregos. También el Niño de la Capea, que coloca la mano en la cadera, como si se la pegara allí, y se pone a fabricar pases.

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