Zverev sufre la fría ley de Sinner, finalista en París y a un solo paso del trono
El italiano cede solo un juego ante el alemán, fundido, y retornaría a lo más alto del listado si vence en el desenlace al renacido Auger-Aliassime, de nuevo en el ‘top-10’


Más que una señal de esfuerzo, los sonidos que emite Alexander Zverev al golpear la pelota durante el pulso con Jannik Sinner parecen quejidos. Al alemán, un tallo de prácticamente dos metros, le pesa y le duele absolutamente todo: brazos y piernas, mente y corazón. La noche anterior se batía a fuego con el ruso Daniil Medvedev y el margen de recuperación tan escaso no perdona; en consecuencia, se desmorona y cae en un episodio que su adversario disfruta y paladea, poco más que un ensayo de intensidad intermedia para él: 6-0 y 6-1, tras 1h 02m. El italiano, pues, disputará este domingo (15.00, Movistar+) la final del Masters de París frente al canadiense Felix Auger-Aliassime, superior a Alexander Bublik (7-6(3) y 6-4, en 1h 36m).
Más allá del agotamiento de Zverev, el paseo de Sinner subraya otra vez el abismo existente en el tenis masculino actual: son él y Alcaraz, y el resto dos, tres o cuatro peldaños por debajo. “A veces parece que juega al pimpón”, describía el murciano hace no mucho, refiriéndose al virtuosismo robótico de su rival desde la línea de fondo. Lo sufre esta vez Zverev, cuya expresión lo dice todo. No ha cedido todavía el primer parcial, pero al dirigirse a la silla para la pausa extiende las extremidades y resopla. Lo acepta, porque al fin y al cabo no le queda otra: poco o nada hay que hacer. Enfrente hay un transatlántico que a pesar del desgaste acumulado, no afloja. El de San Cándido desembarca en su novena final de la temporada.
La firma llega bajo las notas del Get up, Stand up de Bob Marley, tarde mansa y plácida para él. Aunque a estas alturas pesan las piernas a todos, sin excepción, Sinner acelera y se desmiente a sí mismo: “El número uno ya es imposible”, decía estos días. O tal vez no. Patinó Alcaraz el primer día y si él triunfa en La Défense, lo recuperaría. Ahora bien, al de El Palmar le bastarían tres triunfos en la Copa de Maestros para sellar el curso en lo más alto. En cualquier caso, ni uno ni otro ceden, y al éxito del español en Tokio reaccionó el italiano con el de Viena y quién sabe si el de París, marco siempre complicado. Nunca había llegado tan lejos en la cita francesa.
“Cuando caes físicamente, no puedes exprimir el servicio”, disculpa a Zverev, tercero del mundo y reducido esta vez en un santiamén. La dinámica de Sinner le atrapa. Son ya 25 victorias sucesivas bajo techo —con las que iguala la secuencia de Pete Sampras, sexta mejor de la historia bajo el formato indoor— y la tercera final de un 1000 esta temporada, tras las perdidas en Roma y Cincinnati. Busca ahora el desquite y tendrá enfrente a otro tenista que se maneja muy bien entre estas condiciones, Auger-Aliassime. Así lo dicen los números: nadie ha ganado más que él (82 triunfos) desde 2020. Lo del canadiense es un retorno. Amagó con extraviarse, pero parece haber recuperado la inspiración y regresa al buen camino.
“No se juegan finales de este tipo todas las semanas”, afirma, reenganchado a sus 25 años al tren de cabeza. A partir del lunes figurará de nuevo en el top-10 —no lo hacía desde mayo de 2023— y el trazado parisino le acerca a la Copa de Maestros de Turín, por segunda vez. Meritoria ascensión y buenas vibraciones para un jugador que en su momento apuntaba muy alto y luego fue perdiéndose en la indefinición y la duda. Cuestión de confianza, seguramente. Piedra a piedra ha ido reconstruyéndola y tras los premios obtenidos este año en Adelaida, Montpellier y Bruselas, tiene ahora a tiro un alegrón. Virtualmente octavo en la carrera anual, se jugará la plaza restante para el Masters la próxima semana con Lorenzo Musetti.
PRIMERA FINAL PARA BUCSA
La española Cristina Bucsa disputará este domingo la final del torneo de Hong Kong, de categoría WTA 250, gracias a la victoria obtenida frente a la joven Maya Joint por 6-3 y 6-1 (en 57 minutos). La cántabra, de 27 años, se enfrentará (9.00, Tennis Channel) a la canadiense Victoria Mboko, superior a Leylah Fernandez (2-6, 6-3 y 6-2).
Se trata de la primera final individual para Bucsa, que en septiembre ya ofreció brillos en el US Open de Nueva York, donde firmó su mejor recorrido en un grande al progresar hasta los octavos de final. Ahora, el recorrido de esta semana le garantiza ascender hasta el puesto 53, aunque se filtraría entre las cincuenta mejores si vence.
Bucsa es la 68ª del mundo en estos momentos y se encontrará con Mboko, una prometedora tenista de 19 años que durante el verano se presentó a lo grande en la élite con el triunfo en el WTA 1000 de Canadá. Hoy es la 21ª en el escalafón, pero a partir del lunes figurará entre las veinte más fuertes.
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