Sin duda, el tenis coral de hoy pertenece a Italia
Su equipo femenino revalida el título en la Billie Jean King Cup, tras otro recital colectivo, y el país reúne ya cuatro grandes éxitos en un intervalo de tres años


Otro año, misma escena. Y brinca y lo festeja de nuevo la pequeña Jasmine Paolini, autora del punto que concede al equipo italiano su segundo título seguido de la Billie Jean King Cup, el sexto de un país que saca más y más partido a la inversión efectuada a lo largo de la última década: siembra y recolecta. Carlos Alcaraz le ha arrebatado el mando del circuito masculino y la bielorrusa Aryna Sabalenka gobierna sin fisuras el femenino, pero en términos colectivos, ninguna nación más competitiva ni dominadora del momento que Italia, que produce, crea, dispone, pelotea y triunfa una y otra vez. En un plazo de tres años, cuatro grandes títulos: dos Billies, otras dos Davis. De momento.
Otra vez, es Paolini la que pone la rúbrica. De Málaga a Shenzen, el inconfundible sello de una tenista de florecer tardío pero igualmente arrebatador, porque lo mismo acaricia que golpea con el mazo desde el fondo, desde ese singular 1,63 —la estatura más baja de la élite— que se lleva por delante a Jessica Pegula (6-4 y 6-2, en 1h 26) y, de nuevo, sentencia. Previamente, Elisabetta Cocciaretto ha rendido a Emma Navarro por un doble 6-4, también en hora y media, por lo que las posibilidades de Estados Unidos se esfuman y el fotograma final es prácticamente calcado al de hace un año: ahí brilla un bloque alegre, convencido y triunfador. Hambriento. Un equipo diverso y con mayúsculas.
Todas aportan, todas suman. Posa orgullosa la veterana Sara Errani (38), herramienta capital para el dobles, de la misma forma que lo hace Cocciaretto (24), otra que se multiplica cada vez que se oye el Il Canto degli Italiani, todas a coro, todas felices, afiladas de principio a fin. Rozan el pleno: seis victorias en siete partidos, distribuidos en las series que ha ido resolviendo estos días contra China (2-0), Ucrania (2-1) y esta última frente a Estados Unidos (2-0). No hay vuelta de hoja, así que Pegula termina desistiendo y se entrega a Paolini, quien abraza con fuerza a la preparadora Tathiana Garbin y enuncia en alto: “Espero que esto sirva de inspiración para muchas niñas”.
La técnica dice que sus chicas “compiten con pasión” y con “mucha personalidad”. Y no le falta razón. A base de ardor, Italia se ha hecho con las dos últimas ediciones y, con los seis trofeos que constan en su palmarés, se desmarca ya de España y Rusia, ambas con cinco, y tiene a tiro a Australia, siete, la tercera en el historial; la República Checa (11) y Estados Unidos (18) quedan lejos, pero una y otra observan con envidia sana el crecimiento identitario de un país que en los dos últimos años también se adueñó de dos Davis y que abordará las Finales masculinas de noviembre (del 18 al 23 en Bolonia) como favorito, con Jannik Sinner llevando las riendas.
“Es un gran día para Italia”, celebra Paolini, tres de tres para ella en esta fase final en la que ha vuelto a contar con la colaboración de Errani, vieja rockera ésta, castigada durante diez meses entre 2018 y 2019 por un rastro sospechoso de letrozol (prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje). Le señalará también la historia por los cinco laureles que ha logrado en la competición, el mismo registro que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. Tan solo le superan la checa Petra Kvitova (6) y las estadounidenses Rosie Casals (6), Billie Jean King (7) y Chris Evert (8). “Pero estoy muy contenta de que esta vez no hayamos tenido que jugar el dobles…”, bromea al mismo tiempo que el tenis habla hoy desde la unanimidad: por equipos, está claro quién manda.
LA LAVER CUP, PARA EL EQUIPO MUNDIAL
El combinado Mundial se impuso finalmente en la Laver Cup, celebrada desde el viernes en San Francisco. El triunfo de Taylor Fritz sobre Alexander Zverev (6-3 y 7-6(4) concedió la victoria definitiva al conjunto capitaneado por Andre Agassi, superior en el global por 15-9. De esta forma, consigue su tercera victoria en las ocho ediciones que se han disputado desde el nacimiento del torneo, en 2017.
La cita, creada e impulsada por el suizo Roger Federer, consta oficialmente en el calendario de la ATP y registra los triunfos en el casillero de los participantes, pero no concede puntos a efectos de ranking. Hace un año, Europa venció en Berlín.
En esta ocasión, no le rescató la aportación de Carlos Alcaraz en la última jornada. El número uno, que había ganado en el dobles del viernes y perdido en el individual del día siguiente, contra Fritz, sumó por partida doble en el epílogo: 7-6(7) y 6-4 en el dúo con Jakub Mensik ante Alex Michelsen y Fritz, y 6-2 y 6-1 a Francisco Cerúndolo. Sin embargo, no fue suficiente.
Zverev cayó en última instancia y ahora, el español, de 22 años, se concentrará en el inicio de la gira asiática que emprenderá esta misma semana en Tokio, de categoría ATP 500.
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