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Alcaraz despacha a Nishioka a cañonazos

El español progresa a la tercera ronda de Melbourne tras imponerse al japonés con 14 servicios directos y un 89% de puntos con primeros: 6-0, 6-1 y 6-4 (en 1h 21m)

Alcaraz sirve durante el partido contra Nishioka en la Margaret Court Arena.
Alcaraz sirve durante el partido contra Nishioka en la Margaret Court Arena.LUKAS COCH (EFE)
Alejandro Ciriza

Aquellos y aquellas que tienen pase y llegan tarde a la Margaret Court, procedentes de otras pistas, se quedan perplejos cuando acceden por las bocanas y observan el marcador. Han caído ya nueve juegos, el set en blanco y los tres primeros del siguiente, así que a Yoshihito Nishioka, pobrecillo él, se le va poniendo el rostro cada vez más blanquecino y va haciéndose cada vez más diminuto. Tierra, trágame. Mira al tendido el japonés: ¿Qué puedo hacer? Poquito, en realidad. Que termine esto rápido. Y reacciona el graderío, un seguidor latino que profiere el grito en forma de pensamiento generalizado, porque la escena ha empezado a derivar en el sonrojo y los desniveles tan pronunciados no suelen gustar a nadie. El público, con el débil. “¡Carlos, déjale jugar!”. Pero no está por la labor el murciano, por eso de evitar esos despistes de turno que se le achacan y que él mismo admite, de modo que, esta vez, cortesías las justas: cinco juegos. 6-0, 6-1 y 6-4 (en 1h 21m).

En dirección a la tercera ronda del torneo, Alcaraz firma un estupendo monólogo y cumple con lo prometido el lunes, cuando los periodistas le recordaban esa tendencia a la desconexión: “El próximo día, mejoraré”. Y así sucede. Esta vez, nada de relajos, o al menos solo los justos; al final, sin sustos y de manera controlada. No había necesidad de forzar más, esto es una carrera de fondo y hay que saber interpretar. Al otro lado de la red, Nishioka (29 años y 65º del mundo) percibe de inmediato que sus posibilidades son mas bien nulas, teniendo en cuenta que poco puede hacer en los intercambios desde el fondo porque no resiste al hercúleo brazo del rival —David contra Goliat— y que sus servicios son un caramelo. Alcaraz concede tan solo un punto con el saque y cuatro en todo ese primer parcial, y hay quienes se relamen y rebobinan hacia ese Bruguera-Champion de Roland Garros, en 1993: 6-0, 6-0 y 6-0, la última referencia de las cinco que refleja la historia.

¿Será posible? ¿Será capaz? El inicio es demoledor, o así lo expresa el señor reloj: nunca había resuelto Alcaraz una manga tan rápido, al menos no en los Grand Slams, con 18 minutos de artillería pesada y de castigo al nipón, que no encuentra escapatoria y se transforma en un encajador. Le cae una tras otra hasta que, por fin, el español decide aflojar un poco. En cualquier caso, esos cinco juegos entregados expresan su segunda victoria más abultada en un grande, por detrás de la lograda el curso pasado frente el estadounidense J. J. Wolf sobre la arcilla de Roland Garros. “Vamos día a día, pero ha ido bien, si”, dice el padre del murciano, siempre ponderado, mientras asciende la escalinata hacia la salida, después del trabajo bien hecho de su hijo. “Carlos está focus”, comenta uno de sus preparadores, Álex Sánchez, testigo integral de la transformación: de ese fideo que prometía tanto, pero un niño al fin y al cabo, al portento actual.

Nishioka se lamenta durante el partido.
Nishioka se lamenta durante el partido.LUKAS COCH (EFE)

“¿Mi potencia? No hay ningún secreto, es todo genética”, cuenta a 50 metros Aryna Sabalenka, implacable pese al loable ejercicio de la gallega Jessica Bouzas. Ayuda también la base a Alcaraz, pero detrás hay mucho método. El crío enclenque de los inicios es hoy por hoy un forzudo de manual. “Creo que tus bíceps son un poco más grandes este año”, le comenta el entrevistador a pie de pista. “Mi preparador físico puede estar contento… Hay gente que me lo ha comentado, así que tengo que estar contento, supongo...”, bromea él, que tira de potencia e imaginación, y redondea plácidamente y con unos números sobresalientes al servicio: son 14 saques directos, un 89% de recompensa con primeros —32 de 26 para él, récord personal— y un 71% con segundos. En esta ocasión, esa mecánica que ensaya desde la pretemporada fluye de manera más natural, más armónica, más engrasada. Sin olvidar que el de enfrente le exige poquito al resto. Un perfecto entrenamiento, más o menos.

Trabado por momentos el día del estreno en la maniobra de partida, esta vez le ha salido a pedir de boca. De ahí la satisfacción que transmitirá después. “Sí, sí, estoy muy contento”, señala ante los periodistas. “Am I a serve bot (soy una máquina al saque)?”, ha estampado antes en la cámara con ironía. El día previo se tiró un buen rato en la pista de entrenamiento intentando derribar conos y afinar la puntería, y la hoja estadística refuerza su fe en el plan trazado por su técnico, Juan Carlos Ferrero: el presente y el futuro pasan por saque, saque y más saque. La modernidad del tenis, en toda su expresión. Convertido en un mazo, en ese irónico robot que ha serigrafiado en la lente, deja seco al japonés, ni una sola opción de rotura para él. Abandona la pista más feliz que unas castañuelas y se las verá el viernes con Nuno Borges, superior a Jordan Thompson (6-3, 6-2 y 6-4). Quiere más, porque mucho han tardado en volver a su casillero esos 6-0 que ansía. 13 lleva.

“¿El último había sido en Indian Wells?”. “Sí, contra Arnaldi”. “Pues eso, ¡mucho hemos tardado! Ahora, a por más…”.

DJOKOVIC, DUDAS... Y RÉCORD

A. C. | Melbourne

Antes de que venciera Alcaraz en la segunda pista del complejo, la central acogió la meritoria actuación de Jessica Bouzas ante la número uno, Aryba Sabalenka, quien tuvo que emplearse a fondo para evitar que se prolongara el partido frente a la gallega (6-3 y 7-5). También exigió la cántabra Cristina Bucsa a Leylah Fernández, obligada la canadiense a remontar (3-6, 6-4 y 6-4).

Por otra parte, Novak Djokovic volvió a dejarse un set; en esta ocasión, ante el luso Jaime Faria (6-2, 6-7(4), 6-3 y 6-2). Al serbio no se le vio del todo cómodo, pero descontó otra ronda y lo hizo a su manera: con otro récord bajo el brazo. Totaliza 430 partidos en los grandes escenarios, luego uno más que Roger Federer y siete más que Serena Williams; el cuarto es Nadal, con 358.

Nole, de 37 años y citado ahora con Tomas Machac, se convirtió a su vez en el segundo tenista que alcanza los 150 triunfos en los majors después de que lo consiguiera Serena.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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