Cásate, embárcate y salte a festejar a Messi y compañía

“¿Mito o verdad? Lo cierto es que en el podio de las supercherías, el martes 13 se posiciona sin dudas en el escalón número uno, lo que la convierte en una de las creencias mágicas a las que todos respetamos (y un tanto tememos)”, se leyó este martes en una pieza publicada por la edición digital del diario argentino El Clarín. Nada más falso. A partir de hoy, el martes 13 es día de las nuevas oportunidades, de la ilusión y de salir de casa a celebrar.

Al juego ante Croacia todos llegamos sabiendo que Argentina jamás había perdido una semifinal de Copa del Mundo. Recordamos a los de azul y blanco de la leyenda Mario Alberto Kempes, que en 1978 se metieron en aquella primera final triunfante para la albiceleste, aunque no fue propiamente un juego sino una fase de eliminación, en la que vencieron 2-0 a Polonia, empataron sin goles ante Brasil y aplastaron 6-0 a Perú. Luego nos viene a la mente el conjunto de Jorge Valdano, que presenció la forma en que Diego Armando Maradona definió, con dos soberbios goles, aquella semifinal ante Bélgica para luego levantar la copa en México.

De la misma forma llegan los recuerdos de esa misma base del 86, dirigida por el Carlos Bilardo, y que cuatro años después dejó en la antesala a los locales italianos en una serie de penales histórica en Nápoles. Y, por último, el recuerdo más fresco de la escuadra de Javier Mascherano, que se partió algo más que el alma para superar a Países Bajos en Brasil 2014, aunque días más tarde volvieran a caer contra Alemania en el Maracaná.

Así que en este “atípico” martes 13, toda Argentina quiere embarcarse rumbo a Qatar para poder estar en la final del domingo, ante Francia o Marruecos; se acepta felizmente casado con Lionel Messi, al lado de quien vive su mejor momento después de algunos pasajes duros y más aún con el quinto gol marcado en esta Copa y su tercera asistencia, para el tercero ante los croatas. Pero, sobre todo, les puedo asegurar que este inolvidable (para ellos) martes 13, de su casa ya se apartaron y no regresarán hasta ya muy entrada la noche, tras un largo y recontramerecido festejo.

Felicidades, Diego. En el cielo estarás feliz de ver a tu amada albiceleste y por ese chico al que te tocó dirigir en Sudáfrica 2010; pero estate atento, pues el pibe ya creció y está listo para alcanzarte o dejarte atrás en un amague.

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