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Rafa Márquez: “Jugar cinco Mundiales no es más que una cifra”

El mexicano, entrenador del Barça Atlètic, reflexiona sobre la formación y analiza el Mundial de Qatar y la evolución de su excompañero y capitán de Argentina, Leo Messi

Rafa Marquez
Rafa Márquez, en el estadio Johan Cruyff.Gianluca Battista
Juan I. Irigoyen

Rafa Márquez (Zamora de Hidalgo, México; 43 años) echaba de menos el olor del césped. “Tuve una pequeña etapa en los despachos [fue director deportivo del Atlas de Guadalajara], pero me di cuenta de que lo mío era estar cerca de la cancha. Tocar el césped”, cuenta el exdefensa desde la grada del estadio Johan Cruyff. Único mexicano en levantar la Orejona —2006 y 2009, ambas con el Barcelona—, esta campaña ha comenzado su camino como entrenador en el Barça Atlètic, como ya lo hicieron, también de la mano de Joan Laporta, Pep Guardiola y Luis Enrique. Y en la Ciudad Deportiva, los canteranos del Barça lo agradecen. “Los entrenamientos son divertidos”, cuentan. “Intento que disfruten. Tiro y aflojo, tiro y aflojo. Pero, cuando hay que trabajar hay que ser serios. Todo esto es como la vida, hay que tener equilibrios. Nada más”, remata. Es claro, habla despacio y nunca pierde de vista el balón. Como cuando jugaba.

Pregunta. ¿Quién le bautizó como el Káiser?

Respuesta. Laporta, el día de mi presentación en 2003 “Aquí está el Káiser de Michoacán”, dijo. Me metió mucha presión [se ríe]. Y, a partir de entonces, todo el mundo me empezó a llamar Káiser. Al final, por suerte, las cosas salieron bien.

P. Cuando jugaba parecía que tenía todo el campo en la cabeza, ¿desde el banquillo cómo lo ve?

R. Con ganas de meterme de nuevo y arreglar el asunto. No, en serio. Disfruto mucho, me apasiona. Me intereso por trasmitir toda la experiencia que he adquirido durante toda mi carrera. Por eso también tengo una pequeña academia. Me gustaría cambiar el sistema de formación en México. O, al menos, darle otro enfoque.

P. ¿En qué sentido?

R. En México se empieza a jugar directamente en fútbol once. Es un campo muy grande para los chicos. Hay menos interacción con la pelota, menos conceptos y menos entendimiento del juego. Prefiero que los niños empiecen en el fútbol sala. Se desarrolla más la parte técnica y es más divertido para ellos. Se equivocan más, por lo que aprenden mejor.

P. ¿La metodología rompe la creatividad?

R. Hay un factor que es importante. En México, por ejemplo, por cuestiones de seguridad, es más difícil que los chicos jueguen en la calle. Lo ideal, para mí, es que los jugadores hasta cierta edad puedan desarrollar sus cualidades con la pelota sin tener que pensar en lo táctico. Así aprendí yo en la calle: a improvisar. Nosotros jugábamos a lo que llamábamos fútbol rápido. Teníamos paredes y éramos cinco contra cinco. No se paraba nunca.

P. ¿Le interesa más formar que entrenar?

R. No, también me gusta entrenar. Me gusta tener a cargo un grupo de personas a las que tengo que convencer de que den el máximo cada día. Evidentemente, en cuanto a la gestión de un grupo, no es lo mismo un filial que un primer equipo. A ese nivel es más difícil de convencer al jugador. Están más hechos, económicamente están salvados. Pero cuando llegue a un primer equipo ya veré cómo los voy a convencer.

P. No tiene malos precedentes. Guardiola y Luis Enrique fueron entrenadores del filial.

R. Espero que Xavi se quede mucho tiempo. Pero cuando empiezas como entrenador es como cuando comienzas como jugador: sueñas con lo más grande. Llegar a un gran equipo, a una gran selección.

P. ¿Lo que seguramente nunca había soñado es tener el récord de mundiales jugados [cinco, como Messi, Cristiano Ronaldo, Lothar Matthaus y su compatriota Antonio Carbajal]?

R. Para mí es una cifra más. No conseguí nada importante en ninguno de los cinco mundiales que disputé. Solo puede recordar los goles. Fue el mismo resultado, ni más ni menos.

P. ¿Qué hubiese sido un buen resultado para México?

R. Pasar al famoso quinto partido ya hubiese sido algo diferente [México solo alcanzó los cuartos de final en dos oportunidades, en ambas cuando ejerció como anfitriona, en 1970 y en 1986; y en los últimos ocho mundiales cayó en octavos].

Rafa Márquez, antes de la entrevista con EL PAÍS, en las gradas del Estadio Johan Cruyff.
Rafa Márquez, antes de la entrevista con EL PAÍS, en las gradas del Estadio Johan Cruyff. Gianluca Battista

P. ¿Fue el capitán del equipo en los cinco mundiales?

R. Sí, en los cinco. Aguirre me puso de capitán en el 2002. Había gente de más jerarquía que yo en ese entonces. Estaba Cuauhtémoc Blanco, el Conejo Pérez, Luis Hernández… Pero el Vasco decidió eso.

P. ¿Por qué cree que Aguirre tomó esa decisión?

R. Es verdad que yo me comportaba diferente dentro del campo que fuera. En la cancha dirigía, ordenaba, alentaba y hacía todo lo que hiciera falta. No me importaba mi edad. Pero fuera era tímido, reservado. Con el tiempo, sí ejercí el liderazgo dentro y fuera.

P. Háblame de sus entrenadores.

R. Cuando pasas de jugador a entrenador vas pensando las cosas buenas y malas de todos los entrenadores que has tenido en tu carrera. En cuanto a la cuestión táctica, Lavolpe podía cambiar de estructura muy rápido. Pasaba de jugar con línea de cinco a un 4-4-2. Muy bueno para encontrar la fórmula de hacerle daño al contrario. Aprendí mucho de él en ese sentido. En gestión, sin embargo, no era el mejor. Era un líder autoritario que imponía sus cosas. Había que hacerlo sí o sí lo que él decía o estabas fuera del equipo.

P. Guardiola.

R. Un perfeccionista. Era incansable. Le daba vueltas a los ejercicios, a las tareas. Todo el tiempo quería mejorar en salida de balón, en progresión, también en cómo hacerle daño al rival. Él te decía: “Esto va a pasar”. Y pasaba.

P. ¿En gestión de grupo, Aguirre es el mejor?

R. Sí, es un experto. Por eso ha estado en equipos en los que se necesita a un grupo para salir de esos problemas. Siempre lo hemos visto salvando equipos para no descender. Mucho carácter, mucho temperamento. Te ayuda a luchar. Saca lo mejor de cada uno de sus jugadores.

P. ¿México terminará de dar el salto en los mundiales cuándo consolide a una base de futbolistas en los mejores equipos de Europa?

R. Son muchas circunstancias. Para empezar, quizá, nuestro fútbol no está bien organizado para sacar el máximo provecho y para poder desarrollar mejor a nuestros jugadores para que estos puedan dar el salto a Europa. Y, después, es verdad que en los mundiales nos han tocado grandes selecciones. De los cinco mundiales que jugué, en dos nos tocó Argentina; en el último, Brasil; en otro, Holanda con el famoso penal… En el que más cerca estuvimos fue en 2006, cuando Argentina nos ganó en la prórroga. Y en ese Mundial yo me sentía bastante bien. Venía de ganar la Champions con el Barça.

P. ¿Para el aficionado en México, Rafa Márquez es más que Hugo Sánchez o al revés?

R. Como siempre en estos casos, se comparan diferentes épocas. Yo soy de Hugo Sánchez. Si él no hubiese estado, no hubiésemos tenido ese ejemplo. Cuando yo empecé a jugar, Hugo era el ejemplo, todos éramos del Madrid. Yo quería ser como él. Es mi ídolo. Es verdad que hay una división entre él y yo. Es un poco como para los argentinos lo que pasa entre Maradona y Messi. Y, obviamente, Hugo tiene las de ganar.

P. ¿Qué le generó cuando vio el vídeo de la arenga de Messi en la previa de la final de la última Copa América?

R. Yo lo conocí cuando era muy pequeño. Vi su evolución en el campo, pero no su evolución en el vestuario. El tiempo, la experiencia, el ser padre de familia y el ser durante mucho tiempo el líder en la cancha, lo han permitido sacar ese liderazgo que evidentemente tenía dentro. No es un líder autoritario. Me siento un privilegiado. He conocido un Leo y he visto en lo que se ha convertido. Es un fuera de serie.

P. ¿Tuvo algún roce con Messi?

R. Sí, pero por cuestiones lógicas del juego. Todo el mundo tiene roces con gente así de competitiva. Son personas que en los entrenamientos y fuera de los entrenamientos, siempre actúan así. Son peleones, luchones, competitivos. No es algo extraño. Mire el ejemplo de Messi y Cristiano. ¿Quién era mejor? Son dos tipos que nunca se cansaron de luchar. Si no eres competitivo al extremo, no puedes sostener eso durante tanto tiempo. Hasta hoy, sigue con la misma mentalidad. En definitiva, eso es la clave de todo.

P. ¿Messi puede ganar el Mundial?

R. Está entre Argentina y Brasil. Las dos son candidatas serias el título. Scaloni ha hecho un gran grupo de trabajo, de jugadores, obviamente liderado por Leo. Y Brasil adelante tiene mucha potencia y atrás tiene muy buenos futbolistas.

P. ¿Qué cara se le puso cuando vio la derrota de Argentina?

R. Creo que viví la derrota como todo el mundo. Fue inesperada. Nadie podía esperarse que Argentina perdiera contra Arabia. En el primer tiempo tuvieron muchas oportunidades, pero por los fueras de juego no los pudieron concretar. Es la primera gran sorpresa de este Mundial.

P. ¿Y ahora qué espera del partido entre México y Argentina?

R. A México en el primer partido le vi bien. Más allá del penalti, que fue por desatenciones en la defensa de México, Polonia no hizo mucho. El que propuso siempre fue México. Le faltó un poco más de claridad y profundidad para tener más ocasiones. Y al final, quizá, debería haber arriesgado un poco más para intentar conseguir los tres puntos que le podían dar una ventaja importante para pasar a la siguiente ronda después de que Argentina haya perdido. Ahora se complica la situación. Argentina no va a salir dormida, sino todo lo contrario. Va a querer desquitarse de ese mal resultado. Probablemente, eso lo convierta en un partido más difícil.

P. ¿México para qué está?

R. Somos capaces de todo. Confío en que este equipo puede hacer historia. Tienen un buen cuerpo técnico, un equipo con experiencia. Y en un Mundial todo cambia. Es un chute de adrenalina para competirle a cualquiera.

P. ¿Y Europa?

R. Francia sigue siendo candidata. Inglaterra, también. No descarto a Alemania ni a Bélgica.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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