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Los porteros triunfan en un frío Montilivi

Un mejorado Girona consiguió dejar su portería a cero frente a un Espanyol sin puntería

Ramon Besa

Al Girona se le resiste la victoria, abonado al empate en cancha ajena y también en la propia después del 0-0 concedido ante el Espanyol. A la espera de los goles, no queda más remedio que dar por bueno un tercer punto después de un partido de mucho desgaste ante un adversario que tampoco encontró la manera de batir a Gazzaniga. La frialdad de Montilivi no ayudó precisamente al equipo de Michel a quitarse el miedo y levantar el vuelo a pesar de una meritoria carga final con Stuani.

Ambos equipos respetaron de salida la clasificación de la Liga. El colista quiso ganar consistencia con la alineación de tres centrales y un volante como Witsel después de encajar 16 goles y perder los tres partidos disputados en Montilivi. Los repliegues defectuosos y los fallos individuales habían martirizado al Girona y en cambio las transiciones habían funcionado mejor en las salidas a Vigo y San Mamés, ambas saldadas con 1-1. El Espanyol asumió mientras su condición de equipo en la zona Champions y tomó la iniciativa con ganas de revancha después del 4-1 encajado la pasada temporada y que a punto estuvo de suponer la destitución de Manolo González. La afrenta de los blanquiazules complació a medias a los blanquirrojos porque se quedaron a mitad de camino: no acababan de atacar bien ni de defender mejor ante un rival privado del delicado pie de Edu Expósito.

Dmitrovic estuvo espléndido en cualquier caso en un tiro de media distancia de Iván Martín y Gazzaniga respondió fenomenalmente a un remate de Roberto. Las dos jugadas, separadas por un minuto, expresaron la igualdad del partido en un estadio que no se llenó, señal del escepticismo que hay en una parte de la afición por la marcha del equipo de Michel. Las embestidas del Espanyol, un equipo más físico y compacto, ganador de los duelos individuales, tenían más dinamita que las del Girona, demasiado blando e incapaz de tirar la línea de pase en cancha contraria y de acabar las jugadas en el área de Dmitrovic por el poco peso de Portu y Vanat. El mejor futbolista blanquirrojo era Gazzanigga, muy acertado en un chut de Dolan, habilitado por un excelente desborde y centro de Puado. El Girona acusaba su inferioridad en la medular a pesar del talento de Ounahi.

El dinamismo y flexibilidad del Espanyol contrastaba con la tensión del Girona. Los malos resultados le pesan al equipo de Michel, temeroso de perder la pelota en cada jugada, falto de confianza para aprovechar las situaciones de ventaja, como la que disfrutaron Portu y Vanat, tan rápidos en la contra como torpes en la definición frente a Dolan y Dmitrovic. La jugada envalentonó al Girona, cada vez más presente, superior a un Espanyol menos intenso, redimido por la defensa de ayudas, sobre todo en una intervención límite de Omar. Los bloqueos y los escorzos impedían los remates a gol en Montilivi. A Manolo González no le quedó más remedio que intentar cambiar el guion con la entrada de Expósito y Pickel. El Espanyol volvió a la carga y provocó la intervención de Michel. El Girona pasó a defender con cuatro zagueros y a abrir el campo con Bryan Gil y Asprilla.

El partido, sin embargo, continuó igual de incierto, a expensas de un acierto individual -los tiros de Romero mantenían en vilo a Montilivi- o de un error, ninguno tan evidente como el de Vanat cuando habilitó sin querer a Milla. El tiro del delantero salió por encima del travesaño de Gazzaniga. Los 19 remates blanquiazules no encontraron la portería y el Girona tampoco subo encontrar el gol con Stuani. A los blanquirrojos no les quedó más remedio que celebrar que no encajaron ningún gol y sumaron un segundo partido sin perder después del 1-1 de San Mamés. Nada se recriminó el Espanyol si se exceptúa la falta de puntería o el acierto de Gazzaniga.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.
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