Lamine Yamal, el rey de las redes, suspira con robarle el Balón de Oro a Dembélé
El azulgrana domina la escena mediática frente al francés: 117.000 menciones por 97.000


Lionel Messi (Rosario, 1987) tenía que esperar hasta el domingo por la noche para mirar en el resumen de los partidos la jornada de su ídolo: Pablo Aimar. Contaba con apenas unos minutos de margen para ver por televisión al héroe de su infancia. Para Lamine Yamal (Barcelona, 18 años), no existía la espera. Cuando quería ver a su jugador de fetiche, Neymar, corría hasta el ordenador de la casa de su abuela, ponía YouTube y se enamoraba de los tan vistosos como virales regates del brasileño. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que tenía un talento diferente. “Miraba lo que hacía Neymar y después bajaba al parque a jugar para intentar copiarlo. Me salía siempre a la primera”, suele recordar el 10 del Barcelona.
Entre Messi y Lamine, 20 años de diferencia. Entre ellos, esencialmente, un abismo en la velocidad de consumo. La Pulga se tuvo que acostumbrar a lo viral —a veces hasta a la fuerza: padeció, por ejemplo, la repercusión que tuvo su frase “andá pa’ allá, bobo”—, mientras que el español disfruta de la electricidad de las redes. “Todo para él pasa rápido y después lo olvida. No se queda atrapado en nada”, explican desde el entorno del azulgrana. Una manera de entender la vida abrazado a su generación: “Lamine es el debut digital más fulminante de la historia del fútbol”, explican desde Wardem, compañía que se dedica a la escucha digital inteligente, o smart listening, que utiliza una tecnología pionera en España.
Según el análisis del impacto y la evolución del interés digital en torno a Lamine, la empresa Wardem explica que en la era previral, la fama de Messi (como la de Cristiano Ronaldo) se construyó a través de los medios tradicionales. Su ascenso, entonces, fue una maratón, no un esprint. El de Lamine (similar al de Mbappé) ha sido extraordinariamente rápido y fulminante. El debut digital de Lamine, por ejemplo, alcanzó un pico de interés de 100 en solo 466 días. El de Cristiano fue de 5.773, mientras que el de Messi, de 6.472. Mbappé, por su parte, tardó 2.069. Ocurre, en cualquier caso, que su fama todavía está lejos de la de la Pulga y de CR7. El pico de interés de Lamine fue solo del 29% respecto al que generó el fichaje del portugués por el Al Nassr y del 21% cuando se le compara con el día que el argentino tocó el techo del mundo en Qatar.
Lamine, de hecho, siempre tuvo claro que su rival no era Messi, sino Mbappé. Cuando Nike y Adidas comenzaron la guerra por ver quién se quedaba con la perla del Barça, la compañía americana se presentó con el francés como anzuelo para pescar al delantero catalán; los alemanes, en cambio, apostaron por el argentino. “Lamine veía a Messi como a su ídolo, y a Mbappé como a un jugador de su generación”, explican fuentes de Adidas. Y desde entonces, Lamine no solo se convirtió en el motor mediático del Barcelona —el año pasado la conversación sobre el Barça creció un 74% con él como eje—, sino también de LaLiga —aumentó un 31% de notoriedad—. Es justamente en España donde se dispara su rivalidad con Mbappé: la conversación de LaLiga en torno a Lamine triplica a la que genera Mbappé (145%).
Lamine (22%) y Mbappé (24%) son, en cualquier caso, los nombres de los que más hablan los aficionados en Europa. A ellos se les suma el líder de las charlas en el viejo continente: Vinicius (46%). Wirtz e Isak, los dos fichajes más caros del verano, tienen un impacto del 3%. “Confirma su peso mediático y su capacidad para generar conversación global”, explica el informe de Wardem.
De los que monopolizan las charlas del fútbol europeo, es justamente Lamine el único que aspira a coronarse como el mejor del mundo en la gala del Balón de Oro, hoy en París. Yamal acumuló 117.000 menciones ligadas a dicho galardón (17,8% del total). Le sigue Dembélé con 97.000, gracias a un aumento del 211% en los últimos tres meses. En el cara a cara, Yamal tiene un 55% de menciones frente al 45% del francés. “A Lamine le interesa que se hable de él. Le gusta generar expectativa en las redes, como pasó con su dorsal y con esas especie de peleas con Rabiot en la Euro para motivarse”, cuentan desde su entorno.
En la disputa deportiva, Lamine sumó 21 goles y 26 asistencias el curso pasado; Dembélé, 35 y 16. El francés levantó la Champions y llegó hasta la final del Mundial de Clubes. “Lamine quiere el control futbolístico y digital”, subrayan desde el vestuario del Barça. El digital ya lo gana; el futbolístico se verá esta noche en París.
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