Jude Bellingham encuentra el camino antes de la visita al dentista del Atalanta
El mediapunta inglés, que encara al líder de la Serie A, recupera el gol tras un inicio de curso sin dar con su sitio en el nuevo Madrid y reclamado por Ancelotti para trabajar más que para marcar
“Mi madre no quería salir de casa después de la Euro”, confesó hace dos semanas Jude Bellingham. No fue un lamento, sino una denuncia. “Me echaron la culpa un poco a mí de perder la final [con España]. Cruzaron la línea del respeto y me lo tomé como algo personal”, se quejó el jugador inglés, muy molesto con la prensa de su país. Después de un aterrizaje feliz en el Bernabéu, el verano sacó de carril al mediapunta. Se sintió maltratado en la selección y, a su regreso a Valdebebas, sufrió también como pocos el cambio de paisaje en el Madrid.
A Jude se le ha visto estos últimos meses en ocasiones con el morro torcido en el día a día de la ciudad deportiva por sus dificultades para encajar en el nuevo equipo que había salido del fichaje de Kylian Mbappé y la marcha de Toni Kroos. La imagen de joven maduro y casi perfecto que lo adornó hasta mayo derivó por momentos en un gesto más agrio. Su frustración también se trasladó en algún instante a los partidos. Él ha sido, quizá, el mejor ejemplo de lo que iba rodado y se atascó en un conjunto que encara en Bérgamo ante el Atalanta (21.00, Movistar) un duelo clave para no complicarse más la Champions (es 24º). Los italianos son los líderes de la Serie A y, como describió Carlo Ancelotti en verano, antes de enfrentarse a ellos en la Supercopa de Europa, “jugar contra el Atalanta es como ir al dentista”.
Pese al terreno pedregoso que ha atravesado Bellingham desde el verano, nadie ha invertido más su tendencia que él desde el gabinete de crisis y las conversaciones mantenidas en el vestuario tras la doble derrota ante el Barça y el Milan de hace un mes. “Él siempre ha aportado, aunque no haya marcado”, defendió este lunes Carletto en el frío norte de Italia, a 170 kilómetros de su casa en Reggiolo. “Lo que ha cambiado es la dinámica del equipo, que tiene más movilidad, y él se aprovecha”, amplió.
Señalado por Ancelotti como uno de los aspirantes a nuevos líderes del vestuario y movido por su espíritu competitivo en medio de la pesadumbre general, su influencia en el juego del Madrid ha crecido desde la tarde de Leganés. Por su participación, pero, sobre todo, por sus goles. No hay mejor termómetro en su caso. Cinco tiros a puerta en las últimas cinco jornadas de Liga y cinco tantos. Pleno total. En sus 12 primeros encuentros en todas las competiciones, no había metido y en siete de ellos ni siquiera disparó a portería.
Los mapas de calor muestran cómo en las últimas seis citas ha bajado algo más a la base, pero lo que de verdad le ha impulsado es su producción ante la portería rival, porque el gol es su gasolina una vez que Ancelotti multiplicó ese caladero. A sus cinco tantos recientes ha sumado tres asistencias. “Ha vuelto”, celebró Ancelotti el sábado en Girona.
Durante los tres meses iniciales del curso, su caso fue un sudoku sin resolver, muy condicionado por la llegada de Mbappé. No había manera de encontrarle acomodo. Ancelotti le pidió que no se inclinara a la izquierda, su perfil natural y donde había pegado el estirón, y lo desplazó a la derecha para que no se apelotonara con el francés y Vinicius. Con ese movimiento también buscaba facilitar la aclimatación de la nueva estrella. Llegó a asegurar en Vigo que le había gustado la prueba, pero el recurso no cuajó y lo deshizo pronto. Y en paralelo, el técnico afirmó que ahora ya no necesitaba tanto sus goles como su sudor, una declaración sensible para un jugador que había escalado hasta el tercer puesto del Balón de Oro gracias a sus dianas.
El que más corre del equipo en Europa
Al final, la palanca han sido sus dianas, logradas en un tramo de ausencia de Vinicius. “Sé que mi papel va a variar. Pero quiero asumir mi responsabilidad”, admitió Bellingham hace dos semanas en referencia al nuevo escenario creado con Mbappé. En la Liga de Campeones, de momento, no se ha estrenado y, si se amplía el foco, suma 12 duelos seco.
Hasta que ha encontrado el repunte anotador y una mayor incidencia en el juego, ha seguido atendiendo la demanda de pico y pala. El inglés es, según la UEFA, el jugador del Madrid con más kilómetros recorridos (48,8) en las cinco jornadas disputadas, por delante de Antonio Rüdiger (48,4) y Fede Valverde (46). Y en tackles, su especialidad, nadie lo supera en el equipo blanco en el total de los torneos (40), por delante del uruguayo (33).
A mediados de agosto, cuando el Madrid todavía no había descubierto los renglones torcidos, él fue quien rompió las cadenas del Atalanta en la Supercopa. Ante una escuadra de Gian Piero Gasperini que mina el campo de duelos personales y emparejamientos uno contra uno, Bellingham condujo a los blancos al título. Lo de este martes no es una final, pero casi, para este Madrid necesitado en Europa que confía en haber recuperado el flotador de Jude, que en la previa iba abrigado hasta las cejas contra el frío.
Ancelotti, pendiente de Vinicius y Rodrygo
“Solo hay tres puntos en juego”, destacó Carlo Ancelotti pese a la evidente precariedad clasificatoria del Madrid en Champions, que ha pasado de no perder ningún encuentro en la pasada edición a acumular más derrotas (tres) que victorias (dos). El duelo en Bérgamo no es terminal, pero sí es la última opción para que no se disparen todas las alarmas en el club por el futuro europeo del equipo. A la vuelta de las Navidades le quedarán las citas con el Salzburgo y fuera ante el Brest.
Frente al Atalanta, Ancelotti recuperó en la lista a Vinicius y Rodrygo, aunque su inclusión en el once las dejó en el aire. “Son muy importantes sus sensaciones en el entrenamiento de hoy [por este lunes]”, advirtió. Camavinga sigue fuera, Mendy se lesionó en Girona, Alaba continúa con la recuperación, y hasta agosto nadie cuenta con Carvajal y Militão.
Su rival, líder de la Serie A, suma 14 partidos invicto y ha ganado los últimos nueve. En Champions solo ha recibido un gol (en el 1-6 contra el Young Boys), y es el único conjunto de la competición, igual que el Inter, que nunca ha ido por detrás en las cinco primeras jornadas. “Tienen una buena dinámica, con entusiasmo. Compiten muy bien”, valoró Ancelotti sobre la escuadra de Gian Piero Gasperini, con quien coincidió en la Juventus hace un cuarto de siglo. El madridista, como entrenador del primer equipo y su colega, en las inferiores. “Me disgustó mucho que no estuviese en París [en la gala del Balón de Oro] para recoger el premio al mejor entrenador del mundo, que se lo merece”, soltó el técnico del Atalanta sobre Carletto.
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