El Real Madrid está sonado: tres goles del Milan ahondan en la crisis blanca
El equipo de Ancelotti no encuentra respuesta tampoco al equipo italiano después de los cuatro tantos que recibió en el último clásico ante el FC Barcelona
El Real Madrid se mueve a ciegas por el subsuelo, sonado, desorientado, acumulando magulladuras de golpes que no ve venir. Ni siquiera le funciona ya el escudo protector del Bernabéu, que ha perdido también confianza en sus poderes. Cuando la megafonía anunció seis minutos de añadido, con el marcador 1-3, no provocó el jolgorio de aquella noche loca contra el Manchester City. El Bernabéu silbó, casi deseando que aquello terminara cuanto antes. Entre esa noche y la del clásico de diez días antes, los dos últimos partidos en casa, cargaba con el peso de un 1-7 en total, y el gol de los suyos había llegado de penalti. Y así, más derretido que nunca en esta segunda era de Ancelotti, el Real alcanza la mitad de la fase de liguilla de la Champions con solo dos victorias y dos derrotas. Y así, este Madrid sonado, da aliento a un Milan que llegaba bastante alejado de su leyenda, ya descolgado en la Serie A y con el entrenador y su mejor jugador, Leão, peleados.
Dio igual. El Madrid no ha perdido solo la estructura, sino aquel cuerpo con el que aguantaban bajo cualquier chaparrón. Ahora los golpes le dejan tiritando.
La mejoría que asomó al comienzo apenas duró. Ya estamos en noviembre, y sigue la búsqueda, que trajo unos minutos en los que el Madrid se pareció a aquel equipo que funcionaba hace nada. Bellingham se mudó de la derecha a la izquierda. Y volvió a atacar el área y a mezclar con Vinicius. Respecto del 0-4 del clásico, Ancelotti cambió eso y dejó a Camavinga en el banquillo, para entregar el mando a Modric. Vinicius y Mbappé apretaban arriba. El francés incluso se lanzó a la hierba para robar una pelota. Y la segunda línea de la presión aparecía cuando se la esperaba. La mejoría resultó un espejismo. Sobre todo, resultó fugaz.
Morata se descolgó cerca del centro del campo, se giró y metió un pase a la espalda a Leão, que volvía al once después de semanas de castigo de Paulo Fonseca. El portugués voló sin que Lucas Vázquez lo localizara siquiera en el retrovisor. El arreón terminó en córner, y de ahí salió el cabezazo de Thiaw que adelantó al Milan.
El Real arrastra la bola de un destino extrañísimo para el campeón de Europa. Parece que ejecuta un plan de manera correcta, incluso entusiasta, pero termina recibiendo el primer golpe, que contra el Barcelona fueron cuatro. Le solía suceder al contrario: era el Madrid el que castigaba la mínima grieta del rival, al que luego se le caía el Bernabéu encima.
El batallón de Ancelotti respondió en cuanto se reanudó el juego. Tchouameni puso a correr al espacio a Mbappé, que se encontró cara a cara con Maignan, que desactivó el intento. El 9 vive con la mirilla desajustada. En el clásico ya se le escaparon varios tiros al alcance de su reputación, aunque no de su momento. Contra el Milan dispuso de otra oportunidad unos minutos más tarde, después de una larga carrera desde su campo, donde no opera el fuera de juego con el que le anuló el Barça. Pero también se le evaporó.
El francés se movía algo más alejado de la izquierda, por donde Bellingham revivió su vieja sociedad con Vinicius. Se lanzaba al área a buscar sus centros. Se buscaban. Hasta que encontró al brasileño en una carrera al área, donde lo derribó Emerson Royal. Vinicius anotó el penalti por el centro.
Pero el empuje inicial del Madrid se había ido diluyendo y el Milan se asentaba alrededor de Musah y Fofana en el centro, y sobre todo buscando juntar a Leão y Theo por la izquierda para arrollar a Lucas. Demasiada agua que achicar para el gallego, que recibió la ayuda de Valverde. El uruguayo completó durante bastantes minutos una línea de cinco defensas como lateral derecho.
El Madrid reculaba, Tchouameni se equivocó en un pase a un contrario, el Milan aceleró, Leão se giró en el área, disparó, paró Lunin, y Morata otra vez le marcó a su ex. Este golpe lo encajó peor, bajo los primeros pitos al mediocentro francés, que se extendieron a todo el equipo.
Ancelotti maniobró ya camino del descanso y dejó calentando a Camavinga y Brahim, que a la vuelta dejaron en la caseta a Tchouameni y Valverde. Después del movimiento, sobrevino cierta agitación promovida por Bellingham, de nuevo con peso en el ataque. No aprovechó sus ocasiones y el equipo sufrió una especie de efecto retroceso al disparar un arma pesada. Lunin los mantuvo en el partido con una estirada límite. Luego Militão con un cruce bien medido. El Madrid aceleraba sobre el filo, pero apenas sacaba nada del riesgo de su desorden angustiado y seguía tragándose olas milanistas. Una de las de Leão se llevó por delante a Militão y a Lucas y terminó en un pase atrás del que Reijnders extrajo el tercero. El Real tampoco pescó en el caos. Se le escaparon dos buenas ocasiones a Brahim y ahí murió el empeño de un equipo que se proclamó campeón hace nada y no entiende qué le pasa.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
16
DZA
|
7 | 4 | 2 | 1 | 1 |
17
BAY
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
18
RMA
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
19
BEN
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
20
MIL
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
18
RMA
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
19
BEN
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
20
MIL
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
21
FEY
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
22
BRU
|
6 | 4 | 2 | 0 | 2 |
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.