Ancelotti: “Las próximas noches van a ser muy largas, y es bueno para que todos pensemos”
El entrenador del Real Madrid insiste otra vez en los problemas defensivos después de una clara derrota con el Milan que dejó a Tchouameni señalado por el Bernabéu
Antes de que el estadio se congelara durante el minuto de silencio por la tragedia de Valencia, el Bernabéu hizo algo nunca visto: pitar el himno de la Champions como gesto de queja a la UEFA después de la no concesión a Vinicius del Balón de Oro, a la que el club señaló tras quedarse sin el gran botín. Pero terminada la censura al enemigo exterior, asomaron todos los socavones internos en la segunda derrota consecutiva del Madrid, y en casa.
“La realidad es lo que se ve. Nos falta algo. Tenemos que estar preocupados”, resumió sin arabescos Carlo Ancelotti, que volvió a insistir, otra vez, en las taras atrás. “No defendemos bien, no estamos bien ordenados en el campo. Necesitamos ser más sólidos y compactos. Nueve goles encajados en los últimos partidos (dos del Dortmund, cuatro del Barcelona y tres del Milan) son demasiados para un equipo que ha construido su fuerza en la solidez”, expuso el técnico después de otra jornada de grandes goteras en el sistema de protección.
Los problemas se repiten, Carletto no deja de reconocerlo y apuntarlos, pero las soluciones siguen sin aparecer. “Las próximas noches van a ser muy largas. Y está bien para que todos podamos pensar y mejorar nuestra versión. Es importante que todos tomemos la responsabilidad. Ganamos y perdemos juntos”, subrayó el italiano, que deslizó que en las siguientes citas podría introducir cambios tácticos. Pero si volverse loco, aclaró.
La hemorragia en el sistema defensivo es indisimulable desde el primer día de curso, desde que él avisara de la falta de intensidad en el estreno liguero en Mallorca (1-1), y frente al Milan el mejor fue Andriy Lunin, autor de seis paradas. El hombre no salía de su asombro: “Tenemos que volver. Esto necesita un análisis”, dijo el meta ucranio, todavía más sin palabras de lo que en él suele ser habitual.
La tortura de Lucas Vázquez contra Theo Hernández y Rafael Leão fue el mejor reflejo de la quiebra. “Defender y atacar es algo colectivo. Ahí tenemos que hacer hincapié”, subrayó el lateral en Movistar+. Los nueve remates recibidos por los blancos es la mayor cifra en una fase de grupos de la Champions desde, al menos, la 2003-04, según Opta.
El Madrid no perdía dos partidos oficiales consecutivos en el Bernabéu, con siete goles encajados, desde mayo de 2009: 2-6 del Barça y 1-3 del Mallorca. Casi nada. Este curso, desde el 17 de septiembre contra el Stuttgart (3-1), en los 10 últimos partidos, el Madrid solo ha dejado de encajar en uno, contra el Villarreal (2-0). Y otra vez, corriendo menos que el rival: 105,2 kilómetros del Madrid por los 110,4 de los italianos. “Tampoco el año pasado éramos los primeros. No puedo decir que los jugadores sean vagos, pero hoy no puedo decir que hagamos un trabajo colectivo eficaz”, asumió Carletto.
Tchouameni, sin perdón
El público, que había dejado pitidos constantes desde el 1-2 y especialmente en el descanso, despidió a los suyos anestesiado, sin dar crédito al desplome. El que sí resultó censurado por el anfiteatro fue Tchouameni, un caso que ayuda a explicar la palidez del equipo. Después de un error en una entrega a Vinicius, el origen del 1-2 de Álvaro Morata (también pitado), el público le bajó el dedo al francés, uno de los jugadores más cuestionados. En los minutos posteriores, cada vez que tocaba el balón, silbidos.
El pivote se quebró por donde más se le ven las costuras, aceptadas también en público por Carlo Ancelotti. El italiano ya ha advertido varias veces de que el galo debía mejorar en la salida de balón. Su grave fallo en una entrega que no parecía complicada, y que Vini tampoco hizo mucho por corregir en la contra del Milan, abundó en las fallas del futbolista que sufre como pocos las enormes dificultades del Madrid para construir juego sin Toni Kroos. Aun así, pese a sus problemas conocidos y asumidos, la apuesta de Carletto por Tchouameni se mantuvo invariable en el ancla.
Para el galo no hubo perdón de la grada ni cuando se anunció su cambio en el descanso en lugar de Camavinga. “No es un problema individual, sino colectivo”, le excusó Ancelotti en una noche que empujó todavía más al Madrid al agujero. “Tenemos que arreglarlo”, resumió el técnico en la noche en la que igualó a Alex Ferguson como el entrenador con más partidos en la Copa de Europa (214), por delante de Arsene Wenger (208). Un recorrido de éxito y un presente en serios problemas.
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