El Arsenal se alivia con el liderato de la Premier
Los gunners vencen con solvencia en Wolverhampton y retoman la cabeza de la tabla a la espera de que el Manchester City recupere su partido aplazado
La semana se enderezó al final para el Arsenal, que sobrevivió con una victoria (0-2) en Wolverhampton a los dos duros vapuleos sufridos primero en la Premier con una derrota en casa ante el Aston Villa y después en la Champions con la dolorosa eliminación ante el Bayern. Se agarra a sus opciones en la competición doméstica el equipo que adiestra Mikel Arteta, líder a la espera de que Liverpool y Manchester City jueguen sus partidos. A los reds, tres puntos por detrás, le aguarda este domingo el Fulham a orillas del Támesis. El equipo de Guardiola, atareado en la Copa, no recuperará la fecha aplazada hasta el 14 de mayo cuando apenas quede una jornada por disputar. La distorsión del calendario, por otro lado habitual en las Islas, le ofrece al Arsenal unas alas para volver a volar: verse en lo más alto siempre tiene un efecto vigorizante.
El Arsenal necesitaba un alivio y lo encontró tras un trasteo de tres cuartos de hora, un tiempo en el que quiso más que pudo, en el que sufrió ante la presión de los Wolves, que pudieron marcar después de que una indecisión de Kiwior, al que Arteta se ha acostumbrado a emplear como lateral postizo, la aprovechó el zaguero luso Toti para entrar hasta el corazón del área y fusilar a David Raya. El meta español se revolvió y repelió la bala, la desvió al larguero y el Arsenal se rearmó, con alguna indecisión más en la línea defensiva, pero con puntería al fin cuando al filo del descanso Trossard solventó una melé en el área local con un disparo a la escuadra, un golazo.
El regreso pareció alumbrar un Arsenal superior, con balón y codicioso. Pero sin pegada. Ocurre también que el equipo más realizador del campeonato suele generar tanto caudal ofensivo que suele ofrecer la impresión de que falla más de lo debido ante el gol. No estuvo en los últimos metros el Arsenal a la altura de sus mejores minutos y dejó el partido sin cerrar hasta un final tenso en el que, con todo, se hizo fuerte para no permitirle opciones a los Wolves. Sin los alardes de otras tardes, resolvió a base de solidez. Controló la situación, acabó el partido en el campo rival, redondeó el marcador con una genialidad de Odegaard y sumó los puntos. Viniendo de donde venía no es poco.
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