La doble tarea de Jude Bellingham
El inglés, que sufre una ralentización goleadora, dice que ha trabajado para el equipo en los dos últimos meses y eso le ha hecho “perder un poco de eficacia”
Jude Bellingham salió al Etihad casi el último del Real Madrid al entrenamiento previo contra el City, dando una carrerita para no demorarse a la breve charla de Carlo Ancelotti. Durante el partido, el inglés escuchará el Hey Jude beatlemaniaco, pero esta vez no será para él. Los aficionados citizen siguen haciendo suyo el gran himno de la vecina Liverpool. La explicación más extendida es que el tema se publicó en 1968, la fecha del segundo título de Liga del City, cuando ganar era una excepción para ellos.
Hace unos meses, en su etapa exitosa, el City tenía apuntado el nombre del inglés en la columna de posibles fichajes y la opción de que se lo llevara empujó al Madrid en el arranque de 2023 a sentir la necesidad de acelerar su contratación. Había un acuerdo entre las partes, el jugador había mostrado su interés de unirse al Bernabéu, pero el club no había pulsado todavía el botón rojo después de un par de años de acercamiento al futbolista. Para cuando los blancos se cruzaron con el conjunto de Pep Guardiola en las semifinales de la Champions de hace un curso, en la planta noble de la Castellana ya se habían convencido de que había que incorporarlo.
Bellingham aterriza en el Etihad en el momento más bajo de su mejor, e imprevista, campaña (20 tantos y 10 asistencias). La vuelta de los cuartos de la Liga de Campeones (21.00, Movistar) supone su mayor desafío en el Madrid. Autodefinido como “un todocampista”, las obligaciones se multiplican para el joven de 20 años en un duelo que se antoja extenuante para los de Ancelotti tras el 3-3 de la ida. El escrutinio popular le reclama más goles, después del frenazo en 2024, y el técnico italiano lo necesitará para el tajo defensivo si, como aseguró hace una semana, repite el plan de ir a buscar arriba al City.
“Hasta enero, estuve muy bien. Lo que me mató fue la lesión contra el Girona. Me cortó el ritmo. Luego superé el dolor en el tobillo, jugué en Valencia, marqué el gol [anulado] y me sancionaron [por las protestas]. Tengo que ser responsable”, apuntó este martes en su primera comparecencia pública desde la presentación.
Su parón ante la portería rival en 2024 ha resultado tan pronunciado como su estallido en el inicio de temporada: 17 dianas hasta Navidades y tres después. Si hasta diciembre produjo casi el doble de tantos de lo que indicaba el apartado de goles esperados (9,72), desde enero ha manufacturado menos de lo que debía (4,5), según Opta. Su cifra de minutos también ha mermado entre lesiones, sanciones y descanso.
Los “ajustes” de la ida
El encuentro de ida fue el único de su curso europeo en el que no aportó ninguna diana ni asistencia, y en tres de los cuatro últimos choques (Leipzig, Athletic y City) se marchó sin tirar a puerta. Hijo de Mark, policía de profesión y fértil goleador en clubes modestos, el madridista admitió en L’Equipe el pasado noviembre que el asunto goleador formaba parte de las puyitas familiares. “Incluso cuando marco, [mi progenitor] siempre dice: ‘Sí, pero yo habría metido tres o cuatro más”, contó el jugador. “No esperaba marcar tantos. Pero ahora que estoy aquí, quiero marcar”, señaló Bellingham en la previa del City.
Mientras la grada debate sobre sus menores registros anotadores, el inglés siente que su rol ha variado. Lo acepta, según afirmó este martes, pero también desliza que eso tiene consecuencias sobre su faceta atacante. “En los dos últimos meses, son cosas pequeñas que he tenido que ajustar. Cuando hay muchas lesiones, es normal que el entrenador cambie algo, y ha funcionado. He trabajado para el equipo. No me importa, pero esto hace que pierda un poco de eficacia”, dejó caer.
La velada en Mánchester le demandará un despliegue físico de alta exigencia si Ancelotti insiste en la idea de salir a encimar a los de Guardiola, un encuentro poco habitual en los blancos. La ida de hace una semana ya exprimió el motor de Bellingham, el tercero con más kilómetros recorridos en la Champions (74,7), por detrás de Rodrygo (81,5) y Valverde (81,2).
Jude Bellingham made 75 high-intensity pressures v Man City - the most across the QF 1st legs, while only five players have had more in KO stages this season.
— La Pausa (@lapausa_pod) April 12, 2024
Difference for him is that he has to manage that work with constant bursts forward & support runs for Rodrygo/Vinicius. pic.twitter.com/418naEFx0C
Según Opta, fue el madridista que más presiones de alta intensidad realizó (75), dos más que Camavinga, y muy por delante de Vinicius (57) y Rodrygo (37). Esta cifra significa, con mucha diferencia, su tope en el torneo este curso (61 alcanzó en Nápoles) y el pasado con el Dortmund (37 fue su máximo).
“En la ida tuve que hacer algunos ajustes para tener más efecto en el partido”, indicó Bellingham sin querer ofrecer más detalles. “Siempre le pido lo mismo: trabajar para el equipo, compromiso y actitud. Marcar ha sido un plus. Cuanto más trabajo de los jugadores de calidad, más compromiso tenemos”, puntualizó Ancelotti.
Un ex empleado del Dortmund recordaba hace unos días al primer Bellingham, suplente en los tres partidos iniciales de la Champions 2020-21. “Su debut estuvo por debajo del promedio. Él lo sabía y aprendió de ello. Tenía 17 años y venía de la Segunda inglesa. Aceptó que necesitaría algo de tiempo para adaptarse, y no le llevó mucho”, subrayaba. Su primer tanto en la competición se lo metió al City, en la vuelta de los cuartos que su equipo perdió. Y la pasada campaña, le volvió a marcar a los citizen en el Etihad en la fase de grupos.
En su regreso a Mánchester, las miradas sobre Jude Bellingham se multiplican y la necesidad del Madrid le apremia. “No es fácil adaptarse rápidamente. Con su edad, aguanta la presión sin problema”, dijo de él Guardiola este martes. Los focos apuntan al inglés.
“Se debe hacer más contra el racismo”
Jude Bellingham se mostró muy rotundo cuando fue preguntado en la sala de prensa por el racismo: “Fuera de casa en la Liga, estamos tan acostumbrados a esto [racismo]. Es un problema grave. Hay que hacer más. Es algo horrible experimentarlo. La gente con poder debe hacer más, sobre todo, con Vinicius. No es justo. Nadie se merece estos abusos. Hay que hacer un llamamiento a la gente con cargo y esperar que la gente que te tiene que cuidar te cuide”, desarrolló el inglés.
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