La intensidad del Athletic descose al Atlético en San Mamés
Guruzeta y Nico Williams, protagonistas en los goles rojiblancos en la segunda parte
Un Athletic desatado y con mejor puntería en la segunda parte que en la primera, descosió el traje al Atlético de Simeone. Superior de principio a fin, el conjunto que prepara Ernesto Valverde puso colofón a los actos del 125 aniversario de su fundación de la mejor manera posible, con una victoria basada en la convicción frente a quien fue su sucursal en los primeros años del siglo pasado. La historia también cuenta.
El Atlético de Madrid llegó vivo al descanso en San Mamés, y eso es lo mejor que se puede decir de sus primeros 45 minutos frente al Athletic, que manejó el partido a su conveniencia ante un rival remiso, que se estiró poco, sin demasiada convicción, más tímido que nunca y que dejó hacer demasiado a los bilbaínos, que se desplegaron desde el medio campo, empujados por el veterano Ander Herrera y el novel Beñat Prados, dinámico y agresivo a la hora de robar la pelota.
Con esas premisas, Sancet disfrutaba dándose la vuelta para encarar hacia el área, o abrir a las bandas por las que circulaban los Williams. Llegaba el Athletic bien, pero desde el principio le falló la puntería, a pesar de tener ocasiones a puñados para batir a Oblak, que tuvo que estirarse por primera vez a los cinco minutos para desviar junto al palo el remate de Guruzeta después de la asistencia de Sancet.
El Athletic mantenía la intensidad, que trataban de rebajar los centrales colchoneros a base de tocar la pelota entre ellos, sin encontrar salidas. La estadística de la posesión, al final del primer tiempo, resultaba más que engañosa. Los números decían que el Atlético tuvo la pelota un 62% del minutaje, pero era el Athletic el único que proponía. Iñaki Williams lanzó al palo un remate al que no llegó Oblak; después el guardameta respondió al disparo de cerca de Guruzeta tras una bicicleta de Nico, y antes de llegar al ecuador del primer periodo, Nico se marchó en carrera para estrellar la pelota en el cuerpo de Oblak.
De Griezmann o Morata apenas llegaban noticias. Solo a veces aparecía Llorente por su banda, y mientras, el Athletic seguía acumulando oportunidades, la más clara, después de un penalti de Soyuncu a Nico Williams que Sancet lanzó fuera ante el desasosiego de la grada, que veía que el gol no llegaba. Nico, como su hermano, disparó al palo con Oblak batido y Sancet remató fuera una combinación entre Guruzeta e Iñaki. Valverde se mesaba los cabellos en busca de una explicación; Simeone, tratando de encontrar algún camino para la segunda parte.
Pero fue el Athletic el que lo buscó y lo acabó hallando cinco minutos después de regresar de la pausa. Tras un córner, el balón le llegó a Herrera al borde del área, y su asistencia la remató Guruzeta a un paso de la portería. Ya suma ocho goles en la Liga, y subiendo, porque, además, su trabajo resulta impagable para el juego de sus compañeros.
Con el marcador a favor, no cejó el Athletic y siguió igual de inane el juego colchonero. Simeone había retirado a Molina y Soyuncu en el descanso, buscando alguna reacción y sustituyó también a Griezmann y Saúl tras el gol bilbaíno, pero apenas llevaban unos minutos en el campo cuando Nico Williams se fabricó una obra de arte en la banda derecha. Abrió camino al entrar en el área, se perfiló y lanzó un zapatazo con rosca que se coló por la escuadra contraria. Ni el mejor Oblak podía detener aquello.
Aunque después del segundo gol, la intensidad local descendió varios puntos porque le tocaba al Atlético arreglar su desaguisado, todavía tuvo Iñaki ocasión para poner a prueba a Oblak, que evitó el tercero. Después, con todo en contra, los hombres de Simeone quisieron desmontar el rompecabezas que había fabricado el Athletic. Marcos Llorente fue quien le puso más interés a la tarea. Unai Simón le sacó un disparo casi sin ángulo, en la mejor ocasión visitante. Luego, San Mamés disfrutó de los actos de su aniversario, felices todos.
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