Dani Carvajal: “La selección es el fútbol más puro, no hay fichajes, defiendes a tu país, tu bandera”
El lateral del Real Madrid habla en esta entrevista de la importancia que le da a ganar un título con España y de cómo maneja las críticas, y recuerda el papel del trabajo mental en la superación de sus lesiones
A la selección española le quedan solo dos partidos del camino a la Eurocopa del próximo verano en Alemania: en Chipre, este jueves (18.00, La1), y contra Georgia, el domingo en Valladolid (20.45, La1). En la lista aparece de nuevo Dani Carvajal (Leganés, Madrid; 31 años), que no ha fallado nunca con Luis de la Fuente, una continuidad rara otros cursos que ha vivido atormentado por las lesiones, que han resultado en que, pese a sus cinco Champions, con 31 años aún no haya jugado un partido en una Euro. Antes de la entrevista pide dejar atrás el ruido alrededor de algunas de sus manifestaciones de hace meses sobre el caso Rubiales. Quiere disfrutar el momento dulce que celebra con goles en el Real Madrid y estabilidad con España. Aunque parece que siempre asoma algún pequeño incendio. El domingo publicó un breve vídeo para desmentir lo que Dazn había leído en sus labios durante el partido contra el Valencia. Dijo “Hay que meterles otro”; no “ocho”.
Pregunta. Lo grabó caminando por el centro de Madrid. ¿Aún puede hacer estas cosas?
Respuesta. Bueno… Ahí me quité las gafas. Iba con una bufanda también… Iba un poco más de incógnito: gorro, gafas… Fuimos a ver una función de Peppa Pig para mi hijo a mediodía, y aprovechamos para comer toda la familia por el centro. Hay mucha gente que no asocia que pueda estar un domingo por el centro. Se quedan: “¿Será él? Nah, no creo que esté por el centro”. Juego un poco con eso.
— Dani Carvajal Ramos (@DaniCarvajal92) November 12, 2023
P. Se crio en Leganés, jugando en la calle. ¿Le da vueltas a la diferencia entre cómo creció y cómo van a crecer sus hijos?
R. Muchísimas vueltas… Para mí es un comecocos importantísimo. Afortunadamente, tengo un campito de fútbol en mi casa. Yo cuando era niño me bajaba a la plaza, me rasgaba los pantalones, venía con las manos sucias, el balón estaba pelado, que lo parabas y te hacías daño. Ver el cambio a mejor que van a tener mis hijos… Pero también… Es algo que me come mucho la cabeza.
P. ¿Se pierde algo?
R. Totalmente. Antiguamente, bajabas, picabas al telefonillo del amigo y, si estaba, a jugar al fútbol. Ahora se juega únicamente si te apuntas a un equipo. No ves a muchos niños jugando al balón en una plaza, y me da un poco de pena, porque creo que los valores que enseña el fútbol, o el baloncesto, el deporte en la calle, te aportan muchísimo.
P. Recuerda con cariño el fútbol en la calle.
R. Mucho, mucho. Yo era un niño pegado a un balón. Me iba antes al colegio a jugar al fútbol, con un amigo que vivía al lado. Si entrábamos a las nueve y media, pues a las nueve nos íbamos allí.
P. El otro día destacó que era la primera vez que había estado en las tres primeras ventanas de la selección. ¿Lo tenía mucho en la cabeza?
R. No como un reto pendiente, pero sí que me ha costado. Siempre he tenido alguna cosita, alguna lesión. Y ahora me siento muy orgulloso de poder estar, de tener un rendimiento alto. La lesión para un deportista es lo peor. Ahora que estoy viviendo todo lo contrario, estoy disfrutándolo al máximo. Muchas veces no valoramos cuando estamos sanos. Ahora lo valoro mucho más.
P. ¿Se desesperó mucho?
R. Hubo un momento en la temporada —en que solo pude jugar 12 o 15 partidos— no de desesperación, pero sí de mucha frustración. Hacía todo, trabajaba mucho más, todo lo posible para volver, y a las tres semanas, pum, otra vez. Y no me entraba en la cabeza, hasta que dije: “Algo tiene que estar mal, algo tengo que estar haciendo mal”. Al final miré de todo, hasta si me habían echado un mal de ojo.
P. Se ha hablado mucho de los cambios en su dieta. ¿Trabajó también la parte mental?
R. Con un coach. Es importante valorar el no frustrarse, el no exigirse demasiado. Yo era muy exigente conmigo mismo. No me permitía fallar, no me permitía un partido malo. Tienes que afrontarlo con naturalidad, sabiendo el nivel que puedes dar, y eso te va llenando de confianza. Si un jugador tiene confianza, las cosas le salen mucho mejor.
P. ¿Aceptar eso fue el cambio?
R. Fue muy importante. Como la dieta, le diría. La cabeza lo es todo. Si estás sano mentalmente, tu vida cambia.
P. ¿Sigue trabajando con un coach?
R. Sí, sí. Me ha ido muy bien y lo mantengo.
P. Arda Güler se ha lesionado varias veces y no ha conseguido debutar con el Madrid. ¿Ha compartido su experiencia con él?
R. Me he acercado a él a animarle: que estuviese tranquilo, que esto es un proceso, que a veces el cuerpo tiene que adaptarse, y que haga todo lo que está en su mano para volver más fuerte. Hablar desde la experiencia, decirle: “No estás solo, no eres el único al que le ha pasado esto”.
Piqué no querrá recordarlo, pero para el madridismo las tres remontadas reflejan nuestra historia
P. Ha dicho que se siente en su mejor momento. ¿Son sensaciones, es cabeza…?
R. Simbiosis, un poco de todo. No tener lesiones te permite tener mucha continuidad, y estar todos los días en una forma física buena. Me encuentro bien físicamente, rápido. Estoy haciendo kilómetros, buenos esfuerzos, sabiendo que tengo 31 años, y que el míster también me dosifica.
P. ¿Cómo lleva que le dosifiquen?
R. Bien, bien. Hay que entenderlo también. Antes me costaba más. Cuando era más joven, me daban descanso y me decía: “¿Y este? Yo me encuentro bien”. Vas entendiendo con los años que somos un grupo, todos tenemos que apoyar, juegues más o juegues menos. La última Nations League, en la que solo participé en los minutos de la prórroga y en la tanda de penaltis, me hizo ver un poco la otra parte: ahora me toca sumar desde fuera y puedo ser también muy importante.
P. Cuentan que dio una charla al vestuario que les llegó.
R. Me salió espontánea. Quería transmitir eso, sobre todo a los más jóvenes. Toda mi carrera he sido titular, y llegar a un punto de decir: “Hay un compañero que está mejor, o el míster ha decidido que juegue este compañero”, y hacerle ver a los chicos que todos podemos ser importantes.
P. ¿Hizo el clic ese día?
R. Puede ser, sí, totalmente. Creo que esa charla me devolvió un poco el fútbol, el dar ese clic también a los compañeros. Al final, el deporte es caprichoso y me dio la oportunidad de chutar el penalti decisivo, y lo metí. Desde el primer momento sabía que lo iba a meter.
P. ¿Cuándo decidió tirarlo a lo Panenka?
R. Iba en el camino diciendo: “Está Modric, que a veces en el entrenamiento tiramos penaltis y sabe que lo suelo cruzar. Creo que le dirá a Livakovic que lo voy a cruzar. También estoy viendo que se tira mucho”. Digo: “Voy a pegarle despacio, que no creo que llegue”. Y así fue.
P. ¿Le apetecía mucho ganar algo con la Selección?
R. Sí, para mí era importantísimo. Importantísimo. Hablamos de una Nations League, no de una Eurocopa o un Mundial, pero es un campeonato, es un trofeo. Siempre lo he dicho: para mí la Selección es el fútbol más puro, no hay fichajes, no hay traspasos, defiendes a tu país, tu bandera. Que tu país se sienta orgulloso de ti es maravilloso.
P. ¿Cómo lleva ahora las críticas? Por ejemplo, las que recibió después del partido contra Escocia en Glasgow.
R. No le voy a engañar y decirle: “Yo me evado y no escucho…”. Sí escuchas, y lees, y mi padre lee la prensa y me dice: “Mira lo que dice aquí”. Y le digo: “Papá, no leas esto, que da igual”. He pasado momentos complicados a nivel de juego, como en Glasgow. O me acuerdo de esa ida en París [2022], que le hice penalti a Mbappé… Puf. Muchas dudas: el “ya no vale”, el “ya está viejo”, “ya no está para jugar en el Madrid”, “está lento”, “buscamos reemplazo”, Es duro, pero desde el primer momento el club me ha mostrado su confianza al máximo y se lo agradezco en el alma.
P. Además de a Mbappé, le ha tocado defender a extremos de mucho nivel como Luis Díaz en la final de la Champions de 2022, o Kvaratskhelia, el domingo con Georgia.
R. Cada vez son más rápidos los chicos, cada vez son más buenos.
P. ¿Los estudia mucho?
R. Me gusta ver si es un jugador al que le gusta tener más el balón en el pie, recibir al pie, ir más al espacio, salir hacia dentro, si tiene buen centro, si tiene buen tiro… Si tienes a Mudryk, del Chelsea, que es rapidísimo, intentas cubrirte un poco más la espalda, y no dejar campo abierto. Y si tienes a Kvaratskhelia, que igual al espacio no es tan rápido, pero con el balón en los pies es muy habilidoso, pues estar un poco más encima.
P. ¿Ayuda entrenar con Vinicius?
R. Sí. Él no se mide. Entrena todos los días. De hecho, hasta que se lesionó hace poco, no se había perdido ni un entrenamiento. El tío va, va, va, y es muy bueno. Tener a Vini, a Rodrygo, de los mejores extremos del mundo, también te hace ser mejor.
P. En la remontada al City en la semifinal de la Champions de 2022, da el pase para el gol de cabeza de Rodrygo. ¿Cómo lo recuerda?
R. Militão me envía una breva ahí botando, y la controlo, pero se me va un poco largo. Quería centrar a la primera, entonces amago, recorto a Grealish y digo: “Bueno, pues la pongo con el alma”.
P. ¿La pone a un sitio porque vio que había alguien?
R. Zidane me dijo: “Tú no mires al rematador cuando tengas que poner un centro; elige la zona: primer palo, punto de penalti, segundo palo. Y dije: “Bueno, creo que si pasa la corta al primer palo tenemos opciones de remate”. Y así fue. Creo que el momento de Lisboa [el empate de Ramos en el 93 para forzar la prórroga en la final de 2014] y la remontada contra el City han sido los momentos de más éxtasis. Inexplicable… Inexplicable.
P. Piqué dice que no se va a recordar.
R. Bueno, a ver, no querrá recordarlo él. Pero para el madridismo las tres remontadas reflejan lo que es nuestra historia, nuestro lema, no rendirte hasta el final. Y eso no lo tiene cualquier equipo.
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