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Las futbolistas españolas negocian una limpia en la federación

El grueso de las jugadoras insiste en su negativa al equipo nacional mientras no haya una profunda reestructuración en la RFEF y abren un proceso de diálogo

Selección española de fútbol femenino
Esther González, Jenni Hermoso, Olga Carmona e Irene Paredes, en una foto de archivo.RFEF
Jordi Quixano

Dijeron “se acabó” y lo mantienen. Y el órdago abre una nueva vía de negociación. El grueso de las jugadoras que fueron campeonas del mundo hace un mes comunicó el viernes por la mañana a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que renunciaba a jugar con la selección. Así lo anunciaron también a través de un comunicado emitido apenas 15 minutos antes de las 16.00, cuando estaba prevista la comparecencia de la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, que debía ofrecer la convocatoria para los próximos envites de la Nations League, el día 22 frente a Suecia (Gotemburgo) y el 26 ante Suiza (Córdoba).

Las futbolistas hablaron con contundencia, señalando las áreas a mejorar. Mensaje acompañado de demandas y envuelto de una importante presión mediática que caló en la federación. El órgano que rige el fútbol español trató inmediatamente de reconducir la situación y hablar abiertamente con las jugadoras para ver qué cosas se podían cambiar, por más que la RFEF está gobernada por una comisión gestora tras la dimisión del ya expresidente Luis Rubiales y es complicado aplicar todos los cambios exigidos.

En la nota, las futbolistas insistieron en su “enorme descontento” tras lo sucedido en las celebraciones por la Copa del Mundo. Esto es, el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso, que el viernes llevó a Rubiales a comparecer como imputado ante el juez por una agresión sexual. Y añadieron: “Esos hechos no son algo puntual y van más allá de lo deportivo. Ante estos actos debemos tener tolerancia cero, por nuestra compañera, por nosotras y por todas las mujeres”. Por todo ello, el comunicado no es tanto un plante como una llamada a la negociación. Ahora, federación y futbolistas buscan soluciones.

Las 39 jugadoras que firman la nota —21 de las 23 campeonas del mundo en Australia— exponen una serie de condiciones que creen básicas “para poder avanzar y llegar a una estructura que no tolere ni forme parte de hechos tan denigrantes”. Y así lo desglosan, señalando cargos y puestos concretos, si bien no indican nombres ni apellidos. “Los cambios especificados a la RFEF se basan en la tolerancia cero ante esas personas que desde un cargo dentro de la RFEF han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres. Todas estas personas deben estar lejos del sistema que debería protegernos y que por desgracia se aleja mucho de una sociedad avanzada”.

Estos cambios son: reestructuración del organigrama de fútbol femenino (designar a un nuevo director deportivo y cambiar el personal técnico); reestructuración del gabinete de la presidencia y secretaría general (Andreu Camps, mano derecha de Rubiales); dimisión del presidente de la RFEF (Pedro Rocha, puesto a dedo por el expresidente); reestructuración del área de comunicación y marketing (entre otros el jefe de comunicación, Pablo García Cuervo, a quien responsabilizan de algún comunicado reprobable en que se culpabilizaba a la víctima, Hermoso), y reestructuración de la dirección de integridad (que obviamente, no ha respondido como se esperaba).

Pese a la unidad mostrada por las jugadoras, que se reunieron de forma telemática hasta en dos ocasiones la tarde del jueves, se abrieron algunas grietas entre ellas. El ejemplo son las mundialistas Claudia Zornoza —que aprovechó para retirarse de la selección— y Athenea del Castillo, jugadoras del Real Madrid, además de Sheila García, del Atlético, que se marchó de la concentración mundialista por lesión. Alguna otra, aun firmando el comunicado, se ofreció a vestir la roja. Al otro lado de la red está el grueso de las jugadoras, que consideran insuficiente la dimisión forzada de Rubiales y el despido del seleccionador Jorge Vilda, a quien consideraban controlador y de bajo nivel. “Los cambios que se han producido no son suficientes para que las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento”, remató la nota.

Elecciones adelantadas

Absorbido el mensaje de las futbolistas, la junta directiva de la RFEF —que tenía una reunión ya prevista tras la salida de Rubiales— debatió el siguiente paso a dar. Así, será el presidente interino, Pedro Rocha, quien lidere el proceso de transición en la federación, que elevará una consulta al Consejo Superior de Deportes (CSD) para adelantar las elecciones y que estas puedan celebrarse el primer cuatrimestre de 2024. Hasta entonces, Rocha presidirá la comisión gestora.

Al caer la noche, la federación quiso evidenciar, en un comunicado oficial, su compromiso absoluto “para seguir acometiendo cambios imprescindibles que recuperen el funcionamiento de la entidad”. Y añadían: “Esta institución está convencida de que las transformaciones son necesarias y, por ello, se realizarán con la máxima celeridad posible, de forma progresiva”.

“Es fundamental para garantizar el futuro del fútbol español recuperar la dignidad y la credibilidad perdida tras los acontecimientos del Mundial”, apuntaba Rocha.

Ahora sabe que las jugadoras no cederán. Ya avisó Alexia Putellas, doble Balón de Oro, cuando el miércoles les fue entregada a las jugadoras del Barcelona la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña. “Estamos aquí para quedarnos y ayudar a las que vendrán. Estos días lo hemos visto con la grave situación que estamos viviendo con la RFEF y los cambios que estamos solicitando para que ninguna mujer, tanto dentro como fuera del fútbol, tenga que vivir nunca más situaciones como faltas de respeto o abuso”. Su lucha no ha terminado.

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